En la vida, pero en especial en el mundo de la política no siempre lo que se dice es la verdad total o representa la intención puntual de lo que puede reflejar un acto. Al día de hoy sabemos que cerraron Fonapaz, pero no sabemos cuál disputa dentro del Ejecutivo ocasionó tal acción; sabemos que Pedro Muadi es el presidente del Congreso, pero no sabemos qué sucedió entre las altas cúpulas del Gobierno y por qué él terminó siendo el elegido. De esa misma manera podemos abordar el tema del puerto, del IGSS, de las medicinas, etc. etc.
pmarroquin@lahora.com.gt
Y así, llegamos a la promesa de la transparencia y la reconstrucción. El Gobierno, pero principalmente la Vicepresidenta, dijo que este 2013 era el año de la transparencia y han querido hacer muchos aspavientos para dar la sensación de que así será. Pero cuando uno va un poco más allá se da cuenta que no hay tales de transparencia y la reconstrucción es el ejemplo más vivo.
Para enredar más el asunto, la reconstrucción está siendo ejecutada por el Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de la Defensa y Fonapaz, ahora Comisión Liquidadora. Si nuestra gloriosa Contraloría General de Cuentas no puede fiscalizar a un ente, menos lo podrá hacer con tres que saben cómo disfrazar las cosas. Estamos, pues, ante el primer obstáculo.
El Gobierno dice que invertirá Q232 millones para construir 7,310 casas, y en la página de la reconstrucción se ofrece un modelo 3D del prototipo de vivienda, pero resulta que no se puede visualizar. De esa cantidad a invertir, el 68% es para la compra de materiales y lo restante lo constituye el costo de la mano de obra.
El ingeniero Jorge Mario Hurtarte, encargado de la reconstrucción y quien ha fungido como vocero de la misma, asegura que los precios a los que el Estado compró fueron los más bajos, y afirma que se hicieron diversas cotizaciones, pero en la página no constan las mismas, lo que hace imposible que los ciudadanos podamos tener la certeza que se compró lo mejor en precio y calidad.
El Ministerio de la Defensa detalla que ha adquirido cupones y da el valor total de lo adquirido, lo que permite deducir el valor unitario del cupón. Fonapaz, solo reporta el monto total y hace referencia a los contratos con los proveedores (difíciles de encontrar), pero en tres productos sí da el precio unitario y uno de ellos es el material eléctrico. Resulta que el costo del cupón con el mismo proveedor, para los militares, es de Q489.23, pero el precio del cupón para Fonapaz es de Q551.23.
Así como la anterior hay muchas más inconsistencias. Fuentes del mismo Gobierno ya nos habían advertido que la razón por la que no habían publicado toda la información de la reconstrucción y por la que, en caso de darla, nos la darían a medias, era porque alguien de la Vicepresidencia estaba arreglando los números para tapar todos los hoyos.
La realidad es que la gente sigue sin ser atendida, los niños con más dificultades que antes para ser educados, mientras en algunos lugares de la ciudad capital hay funcionarios y empresarios que se ponen de acuerdo para lucrar con una reconstrucción a medias. Hacer negocio con los desastres naturales, como lo han hecho éste y los gobiernos anteriores, llora sangre.
Está de más decirlo, pero bien haría la Contraloría en aparentar que hace algo y el MP en indagar por qué persiste la clara y rotunda percepción que ante la corrupción hay más por hacer. Tristemente no se produce reacción alguna, no obstante, que esa percepción debería provocar un clamor popular para que el dinero se invierta como se debe y como eso no pasará, alguien incrementará sus millones gracias al terremoto porque aquí, todo parte sin novedad.