Las autoridades estadounidenses reconocieron oficialmente que sus servicios secretos aprovechan para el espionaje ciertos agujeros de seguridad que se descubren en los sistemas informáticos.
Hay criterios según los cuales se decide si una brecha de seguridad se hace pública o no, señaló Michael Daniel, asesor del presidente Barack Obama para asuntos de ciberseguridad, en un blog publicado en la web de la Casa Blanca. Con ello confirmó informaciones que en su día había revelado el informante Edward Snowden.
«Normalmente tiene sentido hacer público un fallo de seguridad», señala Daniel, porque también el gobierno estadounidense y la economía del país dependen para su funcionamiento de que Internet sea seguro. Pero cuando se revela esta información, los servicios secretos pierden una oportunidad para el espionaje que puede permitir recabar informaciones valiosas, escribe el asesor.
Por eso, en base a una serie de cuestiones se decide si un fallo de seguridad se hace público o no. Una de ellas es lo extendida que esté la tecnología afectada, es decir que cuanto más presente esté el fallo entre los usuarios, empresas o instituciones estadounidenses, más probable será que sea divulgado.
El gobierno analiza además si alguien más está en posición de descubrirlo y aprovecharlo. Asimismo existe la posibilidad de aprovechar el hueco y después hacerlo público.
Esta práctica es muy polémica a nivel nacional e internacional. Los críticos acusan a Estados Unidos de poner en peligro de manera general el sector de la tecnología.
Hace poco, la Casa Blanca negó haber tenido conocimiento previo del grave fallo «Heartbleed». Muchos expertos reclaman que se hagan siempre públicos los agujeros de seguridad, porque así pueden ser avisados todos los usuarios. Este mismo lunes se conoció un problema con el Internet Explorer de Microsoft y las autoridades piden no utilizarlo hasta que salga una actualización que lo resuelva.