A diez años de la tragedia, autoridades de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) reconocen que todavía encuentran a víctimas que «nunca recibieron atención».
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El huracán Mitch fue uno de los fenómenos climatológicos de mayor impacto para Centroamérica en el año 1998, en tanto que su paso por la región dejó el saldo de miles de pérdidas humanas y millonarios costos materiales.
El desastre natural cambió por completo miles de vidas en los países afectados, entre los que se cuentan El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala, que incluso experimentaron una intensificación de las migraciones hacia Estados Unidos.
Las autoridades determinaron que las pérdidas materiales por consecuencia del huracán costaron cerca de USS6 mil 676 millones y se contabilizaron más de 20 mil vidas perdidas, entre desaparecidos y fallecidos.
En evaluación
Diez años después de ese suceso, las autoridades gubernamentales reconocen que el país aún no se encuentra preparado para enfrentar los desastres de gran magnitud, como los sucedidos en ocasiones anteriores, cuando murieron miles de personas por la falta de prevención de desastres.
A criterio del presidente en funciones, Rafael Espada, la debilidad institucional del Estado marcó una tendencia negativa durante la atención de los efectos del huracán Mitch y la tormenta Stan, ésta ultima ocurrida en el 2005.
«Encontramos a la Conred totalmente debilitada, sin presupuesto suficiente y con una organización muy débil», reconoció el funcionario.
Por su lado, Alejandro Maldonado-Lutomirsky, secretario ejecutivo de Conred, refiere que «se están realizando esfuerzos para prevenir los impactos de los fenómenos naturales», no obstante señala que el presupuesto asignado para este año ha sido limitado.
La asignación presupuestaria inicial para Conred fue de Q23.3 millones en este año, a lo que se sumaron Q6 millones adicionales para poder atender las emergencias surgidas después del invierno, mientras que para el próximo año se espera una mejor asignación para fortalecer la institución.
Maldonado reconoce que las víctimas del huracán Mitch no están cuantificadas, y asegura que varias de las familias nunca recibieron atención, mientras que estima como víctimas de la tormenta Stan a 10 mil familias que esperan ayuda del gobierno.
«Desastre minimizado»
Pese a que la reciente depresión tropical número 16 costó la vida de al menos cinco personas y millonarias pérdidas materiales en infraestructura y agricultura, Espada y Maldonado coincidieron en que «los esfuerzos de Conred permitieron minimizar los desastres».
No obstante, las autoridades locales de Petén, Alta Verapaz e Izabal insisten en que se debe mejorar la asistencia para los departamentos afectados, en tanto que las lluvias del final del invierno dejaron un fuerte impacto en las comunidades.