Reconocen a ví­ctimas de la pedofilia


Estas son las puertas que dan acceso a la Casa Pí­a de Lisboa, el orfanato más famoso de Portugal, donde se confirmaron actos de pedofilia. Foto AFP Nicolas Asfouri

En Portugal, las ví­ctimas de pedofilia en la Casa Pí­a finalmente reconocidas.


Cuatro años después del inicio del escándalo de pedofilia en la Casa Pí­a, las 32 ví­ctimas fueron finalmente reconocidas como tales ayer, en la 408ª audiencia del proceso más largo de la historia judicial de Portugal, cuyo veredicto no será conocido antes del año próximo.

«Llegamos por fin al momento en que las pruebas fueron presentadas y podemos decir que las ví­ctimas son verdaderamente ví­ctimas», afirmó el procurador Joao Aibeo en su requisitoria contra los siete acusados, que comparecen libres.

El proceso de la Casa Pí­a, una institución pública fundada en el siglo XVIII para recibir a jóvenes con problemas, que comenzó el 25 de noviembre de 2004, entró ayer en su etapa final.

Después de la acusación del procurador, que probablemente se prolongará hasta hoy, el tribunal escuchará los alegatos de los abogados de las partes civiles, y después los de los acusados.

Ninguna de las 32 ví­ctimas asistió ayer, pues se hicieron «representar» por la ex directora de la Casa Pí­a, Catalina Pestana, nombrada después de la revelación del escándalo, en noviembre de 2002, cuando uno de los internos declaró a la prensa que habí­a sido violado por un empleado.

Esta primera acusación desencadenó una avalancha de revelaciones de pensionistas o ex alumnos, que denunciaron la existencia de una red pedófila organizada, cuestionando a varias personalidades, sobre todo en los medios periodí­sticos y polí­ticos, algunas de las cuales fueron absueltas desde entonces.

Luego de dos años de investigaciones, el proceso se abre ante el tribunal de Lisboa. Desde entonces, la corte registró 1.172 declaraciones, tanto de ví­ctimas y acusados como de expertos, periodistas y testigos, respondió a más de 150 recursos. Actualmente, el expediente tiene más de 60 mil páginas, cerca de 1 mil casetes sonoras, más de 300 DVD»s y unos 100 CD»s.

Ayer por la mañana, antes de entrar al tribunal donde por fin debí­an comenzar los alegatos, Catalina Pestana no podí­a ocultar su emoción.

«Es un momento solemne para mí­ y las ví­ctimas, que por fin creen que este proceso va a terminar», declaró Pestana.

Según la ex directora de la Casa Pí­a, que dejó su cargo en mayo de 2007, las ví­ctimas también querí­an estar presentes en el tribunal. «Yo las disuadí­, pues los debates de hoy serán muy técnicos», explicó.

Carlos Silvino, alias «Bibi», el principal acusado, es el único que confesó hasta la fecha. «Todos nosotros somos culpables», afirmó anteriormente, pidiendo «perdón» a las ví­ctimas.

Este ex chofer y jardinero de la institución, quien a su vez fuera ví­ctima de abusos sexuales cuando era un pensionista de la Casa Pí­a, acumula más de 630 acusaciones de violencia sexual contra menores.

Después de tres años en detención preventiva, el máximo previsto por la ley, «Bibi» fue puesto en libertad en noviembre de 2005 y comparece libre, así­ como los otros seis inculpados.

A su lado, pero sentado a cierta distancia en el banquillo de los acusados, comparecen un ex presentador estrella de la televisión portuguesa, Carlos Cruz, un ex responsable de la Casa Pí­a, un ex embajador, un abogado, un médico, y la propietaria de una casa, en el sudeste de Portugal, donde según las ví­ctimas se llevaban a cabo «veladas especiales».