Pese a su degradada situación en el ornato y la estética, la emblemática calle del Centro Histórico podría recuperar pronto su elegancia y el reconocimiento de antaño con el proyecto «Paseo de la Sexta», que pretende revitalizarla y convertirla en un punto de encuentro ciudadano.
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La Sexta Avenida, que por espacio de dos siglos mantuvo un alto estatus al ser considerada la calle más importante de la Ciudad Capital, es hoy un gran bazar del comercio informal en donde imperan el desorden y la inseguridad.
Es, también, una de las calles con mayor tránsito peatonal, pero en cambio las aceras están ocupadas por comercios informales y vendedores ambulantes, que además de ocupar el espacio necesario para quienes caminan, se encuentran en una situación incómoda para realizar su trabajo diario.
El congestionamiento vehicular es otro problema, que se suma a los atracos y hurtos reportados a diario, por los que varios vecinos se quejan constantemente.
Pese a esta complicada situación, la Municipalidad de Guatemala parece tener una solución al problema, que consiste en convertir nuevamente a «La Sexta» -como se le llama comúnmente- en un punto de encuentro ciudadano.
«Paseo de la Sexta» es el nombre del proyecto que iniciará en mayo próximo y finalizará en diciembre de este año y que busca implementar nuevas estrategias para la intervención de espacios públicos dentro de la Ciudad.
«La comuna capitalina busca incidir de manera positiva en el entorno del vecino a fin de mejorar las condiciones actuales y promover las oportunidades que permitan generar la inversión a nivel local», refiere un informativo edil.
De acuerdo con las líneas básicas del proyecto, se busca partir de la riqueza cultural, propia del sector, planteando un diseño que cumpla los requerimientos de control, limpieza, orden y servicios que los usuarios manifiestan como necesarios
La comuna enfoca sus esfuerzos en un proyecto apoyado en otras acciones ediles, junto a otras líneas estratégicas de acción, para la revitalización de uno de los sectores más reconocidos de nuestra historia, explica la «Muni».
Entre las acciones más importantes está la ampliación del recorrido del Transmetro por la zona 1, la recuperación de los espacios públicos que actualmente son ocupados por el comercio informal -pero que será trasladado a la Plaza El Amate- y la incentivación de actividades culturales y comerciales en ese sector.
Hasta ahora, el proyecto parece tener una buena recepción en los vecinos y dueños de comercios, que incluso, hasta parecen emocionados con la idea de volver a ver un sector activo y pacífico para desarrollar sus actividades diarias, además de crear un espacio de convergencia social y cultural para los guatemaltecos en general.
IMPORTANCIA DE ANTAí‘O
El historiador y sociólogo Aníbal Chajón explora las causas de las diversas transformaciones de esta importante arteria vial en el libro «De Calle Real a Sexta Avenida, vida cotidiana en la ciudad de Guatemala», publicado por el Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
«En 1969 fue la calle más importante de la ciudad por sus edificios y sus negocios, ya que eran de los más caros y la mayoría muy prestigiosos; los dueños de los negocios eran familias tradicionales o acomodadas y por eso, se le denominó la edad de oro al tiempo transcurrido entre los años 1930 y 1969», explica el conocedor.
Así, «La Sexta» se categorizó como el lugar de paseo por excelencia, al que acudía la sociedad guatemalteca para distraerse de la vida cotidiana en lugares que todavía hoy se conservan y se aprecian por su valor histórico y arquitectónico.
El Pasaje Rubio, una obra del ingeniero argentino Cristóbal Azori; el Hotel La Perla, de Roberto Hoegg; el edificio de la Empresa Eléctrica y el Hotel Astoria, creado en el año 1924, son algunos de los inmuebles de antaño, que aún se conservan.
De acuerdo con Chajón, en 20 años «La Sexta» adquirió la configuración física de una calle prestigiosa, y es cuando se desarrolló el famoso «sexteo», que abarcaba una caminata por los comercios desde el Parque Central hasta la iglesia San Francisco. «Era el lugar de paseo de la elite guatemalteca y de las personas de clase media».
Los edificios y las actividades que ahí se realizaban formaron la identidad de la Sexta Avenida y de los guatemaltecos; la calle era tan importante foco de atención que hasta los presidentes paseaban por ese lugar para dirigirse a la Casa Presidencial.
Pero la época de oro terminó en 1979, cuando un grupo armado -en medio del conflicto armado- quemó el almacén la «Paquetería», que era propiedad de una familia judía y un símbolo de la costosa vida de la clase acomodada de Guatemala.
«Este hecho alarmó a la población de tal manera que la vida en La Sexta ya no fue la misma desde entonces; el terror se apoderó del país y la gente empezó a temer al salir a las calles», refiere el historiador.
Por otro lado, tres años antes, en 1976, el terremoto que sacudió al país entero derrumbó el Mercado Central y obligó a los comerciantes a instalar sus ventas en las avenidas cinco y seis de la zona 1, aglomerando a una gran cantidad de personas en ese limitado espacio.
DISFUNCIONALIDAD
Andrea Nájera, propietaria de un negocio en la Sexta Avenida, considera que el sector se convirtió, en los últimos años, en uno de los sectores más difíciles para desarrollar actividades comerciales y productivas.
«Cada vez es más difícil que los clientes se acerquen a los negocios porque la inseguridad desmotiva las visitas de compradores», señaló.
Por su lado, el ingeniero urbanista Carlos Ferrero sostiene que el Centro Histórico es ahora un lugar «completamente» disfuncional para cualquier tipo de actividad que implique una cuantiosa inversión.
«Siempre hay problemas; si no se trata de la inseguridad, es el hacinamiento de comercios en las calles o la falta de áreas verdes, o un exceso de contaminación ambiental y la polución», señala.
De esa cuenta, el experto señala que «El Paseo de la Sexta» podría suponer un cambio positivo para ese sector del Centro Histórico, en tanto que el proyecto se ejecute en consenso con los vecinos y los comerciantes informales.
«El diseño de la zona 1 (capitalina), con un trazo ajedrezado, permite la implementación de un proyecto de este tipo; realmente podría traer importantes beneficios como reactivador de la economía e incluso, podría servir para combatir la violencia», sostiene.
Debido a que la «La Sexta» constituye uno de los sectores más representativos y emblemáticos de la ciudad, Ferrero considera digno la implementación de una estrategia urbana innovadora.
EL PROYECTO
El proyecto urbano está en marcha, ya que el equipo de la comuna trabaja en las estrategias que apoyan los trabajos constructivos. Las acciones que soportan los trabajos constructivos se proyectan más allá de ese lapso a fin de asegurar el éxito del proyecto.
El plan abarca desde La Plaza Mayor de la Constitución hasta la 18 calle; atraviesa a lo largo la Sexta Avenida del Centro Histórico por lo que los beneficios del proyecto ciertamente se extenderán con un impacto positivo.
Actualmente se trabaja en los instrumentos que generen esas oportunidades de inversión y desarrollo tan imprescindibles para la conservación y revitalización de nuestro patrimonio construido. Se espera que las herramientas desarrolladas combinadas con las acciones estratégicas tengan como resultado «un centro histórico para vivir», refiere la comuna.
El proceso de modernización del comercio popular propicia la oportunidad de accionar en el sector de manera inmediata, por lo que se dará inicio partiendo del traslado de los vendedores informales de la Sexta Avenida a la Plaza El Amate.
Según la Municipalidad de Guatemala, las acciones son el resultado de un cuidadoso análisis de campo que hasta ahora ha permitido determinar las dinámicas del sector a fin de que las acciones implementadas tengan un impacto positivo en los comercios y viviendas aledañas al proyecto. Todas las medidas de precaución han sido planificadas con antelación y se llevarán a cabo partiendo del diálogo con los vecinos.
Se promueve el Paseo de la Sexta, como un punto de encuentro donde vecinos, comerciantes, trabajadores y visitantes confluyan para disfrutar de los beneficios de la recuperación de un espacio público. La comuna capitalina proyecta sus acciones más allá del período constructivo a fin de dar continuidad a las dinámicas integrales que el proyecto urbano plantea. Al parecer, sí, La Sexta podrá recobrar su encanto.
La secretaria general de los vendedores de la Sexta Avenida, Dora Alicia Martínez, relató parte de la historia desde los inicios de los vendedores informales en ese sector; «para nosotros ha sido una bendición este lugar porque con nuestros puestos nos hemos ganado el pan de cada día para nuestros hijos (…), hemos vivido en extrema pobreza y la mayoría de vendedores somos de lugares donde no tenemos nada para comer.»
«Tenemos casi 30 años de vender en la «Sexta», donde hemos visto desfiles, manifestaciones, violencia, de todo; antes yo vendía boletos de cine, otros estampitas cuando se llevaban a cabo mundiales, de caricaturas, de artistas y de todo lo que podíamos vender, lo vendíamos ,y eso nos daba para comer».
Con notable tristeza, Martínez, comentó «que iniciaron el dialogo con los representantes de la Municipalidad» para concretar su traslado a la Plaza El Amate, donde podrán tener locales para instalar sus ventas
«Esperamos vender tanto como en esta que es casi nuestra casa, nuestra Sexta», concluyó.