Reclaman regulación estatal y cambios en matriz energética


Un automóvil está cargando energí­a a través de un cable eléctrico, en la versión del automóvil Mini Cooper que se presentó hoy en Berlí­n. El mundo evalúa la posibilidad de modificar su matriz energética, a fin de no depender tanto del mercado del petróleo (Michael Gottschalk-AFP-La Hora).

Con reclamos de intervención de los Estados para modificar las respectivas matrices energéticas, así­ como cambios en las estructuras productivas para reducir la demanda de energí­a, se desarrolla ayer en Montevideo el V Foro Regional de Energí­as Renovables.


En el encuentro, convocado por ONG de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, se debate sobre alternativas energéticas para la región, con la participación de técnicos de las organizaciones convocantes, y autoridades uruguayas.

«El mercado no es capaz de internalizar los problemas que ocurren» en materia ambiental y energética, por lo que se hace necesario un Estado regulador, dijo el ingeniero chileno Eduardo Giesen, del Comité de Defensa de la Fauna y Flora (Codeff)-Amigos de la Tierra.

El ambientalista chileno fustigó la privatización de las empresas energéticas, que en el caso de Chile «dio como resultado una matriz energética basada en grandes proyectos y en recursos traí­dos de afuera, que no es sustentable en términos sociales y en términos ambientales».

La dependencia energética de Chile es «tremenda» pese a que cuenta con «recursos energéticos importantes que no aparecen en la matriz» y que podrí­an «reducir esa tremenda dependencia», indicó Giesen que, entre otras, citó la energí­a solar, la eólica, y las mareas.

«Apostamos a construir sociedades y comunidades sustentables, libres de combustibles fósiles y libres de las falsas soluciones al cambio climático», dijo y reclamó «eficiencia energética y suficiencia».

«No es razonable que para vender televisores se tengan que prender todos los televisores de una multitienda», ejemplificó.

El ingeniero brasileño Celio Bermann, de la Universidad de Sao Paulo, dijo que «los principios para la integración energética y la sustentabilidad» incluyen: «reconocimiento de la energí­a como derecho humano básico», «criticar el concepto de energí­a como mercancí­a», y «la recuperación de la soberaní­a de los pueblos sobre los recursos naturales».

Asimismo, incluyen la «revisión crí­tica del actual modelo exportador, privilegiando la producción para el mercado interno y el bienestar de la población» y una «reducción progresiva de la dependencia de los combustibles fósiles en el sector productivo, en el transporte y en el comercio».

Bermann explicó que en Brasil solo seis sectores -«cemento, acero, aluminio, papel-celulosa, quí­mica y una rama de la metalurgia»- utilizan el «27% de todo el consumo eléctrico» del paí­s.

«En Brasil, 70% de la producción de aluminio es dirigida a la exportación» y el sector «consume cerca del 7% de la energí­a», dijo y lamentó que para el Estado brasileño esa «demanda es incuestionable».

Bermann reclamó a los paí­ses de la región que «sinceren este negativo proceso» y reviertan las privatizaciones impulsadas tras el Consenso de Washington de 1989, con la intervención de los organismos financieros internacionales y la «concertación de las empresas transnacionales».

En ese sentido, consideró que la «experiencia histórica de Uruguay» es «un paradigma importante a tener en cuenta».

Las empresas energéticas uruguayas -la petrolera Ancap y la de generación y distribución eléctrica UTE- son estatales.

El director Nacional de Energí­a de Uruguay, Ramón Méndez, esbozó en el foro los cuatro ejes de la polí­tica energética del paí­s, que incluye una parte «institucional», que refiere a la conducción estatal de la polí­tica energética; una de «diversificación de fuentes y proveedores de energí­a»; otra de «eficiencia energética»; y «un eje social», que considera el acceso a la energí­a como un derecho humano.

Méndez dijo que «para 2009, Uruguay va a tener el mayor porcentaje de potencia instalada de fuentes renovables no tradicionales de todas las Américas, incluyendo a Estados Unidos y Canadá, con 6%. Para 2015 ese porcentaje será de 20%». Actualmente, un 65% de la energí­a que consume el paí­s proviene del petróleo, y para 2015 será «de menos del 45%», agregó.

«El mercado no es capaz de internalizar los problemas que ocurren en materia ambiental y energética, por lo que se hace necesario un Estado regulador».

Eduardo Giesen

Comité de Defensa de la Fauna y Flora Amigos de la Tierra