Uno de los temas que se han planteado recurrentemente en Guatemala es la falta de unidad de los llamados pueblos mayas en diversidad de temas, pero especialmente en cuestión política y para quienes creían que la candidatura de Rigoberta Menchú sería el fin de esa situación y que sería capaz de aglutinar no sólo a las distintas etnias, sino que a indígenas y ladinos en la búsqueda de una visión distinta e integral del país.
Los seguidores de Rigoberta Manchú dieron un paso arriesgado al proponer a la III Cumbre Continental de Pueblos Indígenas que le dieran respaldo a su candidata y terminaron perdiendo en la apuesta porque esa Cumbre rechazó la moción, lo que constituye un revés importante para la figura de la Premio Nobel tanto local como internacionalmente. Porque ahora se dice que la ausencia de Evo Morales en el encuentro fue producto de desencuentros con los grupos que siguen a Rigoberta Menchú, especialmente por la visión tan diferente que tienen de las cuestiones económicas y sociales.
Menchú, empresaria de la salud, apunta a la globalización y a los beneficios del libre comercio porque ello es lo que le conviene desde el punto de vista de sus propios negocios, y esa línea es objeto de constantes ataques por Morales quien denuncia la economía de mercado como factor de empobrecimiento de los pueblos indígenas.
Cuán representativa haya sido localmente la Cumbre de Pueblos Indígenas es difícil de establecer, pero el hecho de que rechazaran brindar apoyo a Rigoberta y que cuestionaran la plataforma política de la líder indígena y Premio Nobel de la Paz, constituye un revés para sus aspiraciones. Revés que se suma a los resultados de la encuesta publicada esta semana y que la colocan en una posición realmente distante del primer lugar, no obstante que sus seguidores suponían que al simplemente anunciarse su candidatura provocaría una especie de terremoto político, provocando cambios importantes porque su aspiración aglutinaría a la población mayoritaria del país alrededor del proyecto que ella encabeza. No sólo la encuesta demuestra que no se produjo esa optimista visión, sino que además la actitud de la Asamblea plenaria en la Cumbre de los Pueblos Indígenas ha sido un revés muy grande para la creencia de que se podría dar la tan cuestionada unidad de los pueblos mayas en Guatemala.
Y es que al final de cuentas, indígenas y ladinos tienen que hacer planteamientos que sean congruentes con las aspiraciones de la población y es evidente que en el movimiento indígena tiene mucho más simpatías la corriente vinculada al movimiento que dirige Evo Morales que la corriente vinculada a la señora Menchú. Y es que se trata de enfoques y visiones diametralmente opuestos de la realidad latinoamericana porque tienen una substancial diferencia en cuanto al planteamiento económico