Rechazo a Bush


Estudiantes de la Universidad de San Carlos mostraron anoche su rechazo a la venida de Bush.

Sin importar en qué punto del planeta el mandatario de los Estados Unidos de América llegue, su sola presencia garantiza dos escenarios: uno, que incluye el protocolo y etiqueta; el otro, masas poblacionales apasionadas rechazando la presencia extranjera.

Elmer Telon
etelon@lahora.com.gt

El primer paí­s que lo ha recibido en su gira por Latinoamérica no ha sido la excepción. La ciudad brasileña de Sí£o Paulo evidenció el rechazo de la visita de George W. Bush con una serie de enfrentamientos suscitados entre la población civil y las fuerzas de seguridad.

En opinión del analista Luis Fernando Mack, las muestras de descontento y los hechos de repudio ante la visita del Presidente de la nación más poderosa del mundo, ha sido una de las caracterí­sticas de los últimos años en casi todos los paí­ses que ha visitado.

La razón, ser representante del imperio moderno, el exportador de los modelos a seguir, quien impone su paso y polí­ticas.

El analista estima que el caso del presidente Bush se encuentra rodeado de caracterí­sticas que otros mandatarios carecieron, por ejemplo, es visto como un presidente agresor, importador de la maquinaria de guerra, la que en su administración se ha transportado a Afganistán y al territorio iraquí­.

Además, las polí­ticas de un mundo comercial globalizado, impulsando los tratados de libre comercio, los que han chocado con la oposición en muchos sectores poblacionales, a esto debe sumarse la indiferencia en los temas ambientales, y por supuesto en el caso de Guatemala, las polí­ticas migratorias.

Siendo precisamente en este tema donde el sacerdote Mauro Verzeletti, de la Pastoral de Movilidad Humana, asegura que las polí­ticas migratorias aplicadas a los latinoamericanos en tierras del Norte evidencian el lenguaje que le agrada al mandatario estadounidense.

La deportación, el levantamiento de muros dividiendo fronteras y presencia militar vigilando la lí­nea divisoria de dos naciones «amigas». «Siguen realizando redadas, tratan mal a nuestros hermanos» afirma Verzeletti, quien opina que el discurso del mandatario estadounidense, el cual señala que la región es prioridad en las polí­ticas de la Casa Blanca, sólo son el reflejo de un discurso retórico y demagógico.

Es evidente que la seguridad mundial se encuentra montada en las disposiciones de los Estados Unidos, inclinaciones que, según el prelado, se fundamentan en la estrategia militar; muestra de ello, estima, son las polí­ticas importadas del paí­s anglosajón en las últimas décadas a la región.

A este respecto se refiere el analista Sandino Asturias, quien argumenta que la visita de Bush a nuestro paí­s responde a un interés geopolí­tico, el cual se fundamenta por la ubicación privilegiada de Guatemala, la que sirve de corredor, tanto para la movilidad humana, como para el trasiego de droga.

Es por ello, afirmó Asturias, que la Casa Blanca pretende incrementar la presencia militar en la región, intención que se ha visto fortalecida por los hechos de violencia y corrupción dentro de las fuerzas de seguridad.

Existen beneficios

No obstante, la visita del Presidente puede suscitar ciertos beneficios, estima Mack, entre ellos la oficialización que aumentarán la cooperación, pero sobre todo es un beneficio momentáneo, un impacto simbólico que le otorga importancia a Guatemala ante las otras naciones.

Pero asegura que no hay que pensar que este acto simbólico va a lograr un mejor trato en las polí­ticas de Estados Unidos hacia los intereses guatemaltecos, como lo es el tema migratorio.

Lo cierto es que George W. Bush será el segundo mandatario estadounidense en visitar Guatemala, y con él viene la atención mundial a posarse sobre una sociedad sacudida por la violencia y la corrupción, evidenciadas con asesinatos de parlamentarios y ajusticiamientos de policí­as dentro de un penal de máxima seguridad.