George W. Bush llegó hoy a Indonesia, el mayor país musulmán del mundo, donde una importante manifestación en su contra ilustraba el grado de rechazo de la población de ese país al presidente estadounidense.
Bush llegó procedente de Vietnam a un aeropuerto militar de Yakarta, antes de volar en helicóptero hacia la ciudad javanesa de Bogor, a unos 60 km de la capital.
Desde la madrugada, e incluso desde la víspera, miles de musulmanes se dirigieron hacia Bogor, acusando al presidente estadounidense de tener «sangre en las manos». Los organizadores contaban con unos 30 mil manifestantes.
Caravanas de automóviles y autobuses que partieron temprano de diferentes regiones del centro y del oeste de Java, llevando a los manifestantes, a menudos encuadrados por partidos u organizaciones islámicas.
Las fuerzas del orden impidieron que los manifestantes entrasen a un vasto perímetros en torno al jardín botánico donde George W. Bush cenará con su homólogo indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono.
El centro de Bogor estaba vacío y la circulación de automóviles fue prohibida. Los comercios estaban cerrados, al igual que numerosas escuelas. La policía y el ejército indonesios habían instalados retenes en numerosas calles. Los trenes debían detenerse antes de llegar a Bogor y la terminal de buses estaba paralizada.
La policía indonesia anunció haber rastreado el centro de Bogor después de haber recibido una información de fuente no precisada según la cual un atentado suicida podría ser perpetrado.
Numerosos militares en tenida de combate inspeccionaban también las calles vacías de las cuales habían sido expulsados los comerciantes ambulantes.
Las autoridades policiales advirtieron a los organizadores de las manifestaciones de desconfiar de toda personas llevando un bolso o ropa sospechosa.
Dadang Ruchnyana, un dirigente local del Partido de la Justicia y la Prosperidad (PKS), una formación musulmana tradicionalista, indicó que una manifestación separada del PKS se realizaría ante una mezquita de Bogor.
En los últimos días, numerosas manifestaciones se llevaron a cabo en Indonesia para exigir la anulación de la visita de Bush.
La ciudad de Bogor fue elegida, según un funcionario estadounidense, «para minimizar todos los elementos negativos vinculados a la seguridad».
Según analistas, al mostrarse algunas horas el lunes en el mayor país musulmán del mundo, George W. Bush quiere mejorar su imagen, afectada a nivel internacional.
Para Estados Unidos, el archipiélago indonesio y sus 220 millones de habitantes, 88% de los cuales son musulmanes, presenta varias ventajas: es una joven democracia donde se practica un islam moderado, y los peligros como el fundamentalismo y el terrorismo son, por el momento, relativamente controlados.
Por su parte, las autoridades locales consideran que Estados Unidos podría ayudar a Indonesia a llegar a un nivel que corresponda más con su importancia demográfica. La potencia estadounidense también puede favorecer su despegue económico.