Milicianos islámicos que tratan de derrocar al presidente Bashar Assad asumieron hoy el control total de una base aeronáutica estratégica en el noroeste del país, en un golpe significativo para el régimen, dijeron activistas sirios.
Los rebeldes se apoderaron de helicópteros, tanques y múltiples lanzacohetes. La base de Taftanaz, en la provincia norteña de Idlib, se considera la más importante en el norte del país para helicópteros que se usan con el fin de bombardear zonas controladas por los rebeldes y para llevar provisiones a las fuerzas gubernamentales.
Los rebeldes de Jabhat al-Nusra, afiliada a Al-Qaeda, y de otros grupos islámicos, han combatido durante semanas en busca del control de la instalación extensa, en la que penetraron el pasado miércoles por la noche. Los activistas dijeron que los rebeldes tomaron el control de inmuebles, municiones y equipo militar, después de un intenso enfrentamiento al amanecer.
«En este momento, los rebeldes tienen el control total de la base», dijo Mohamad Kanaan, activista que opera en Idlib.
La toma de la base representa el mayor logro de los rebeldes en relación con instalaciones de la fuerza aérea desde marzo de 2011, cuando comenzó la crisis siria. Los rebeldes han tomado varias bases de helicópteros antes, pero Tafatanaz es por mucho la mayor.
Durante meses, los rebeldes habían atacado Taftanaz. A comienzos de noviembre, lanzaron una nueva ofensiva.
Aunque la caída de la base avergonzaría al régimen y afectaría las operaciones con helicópteros, hará poco para impedir los ataques con aviones gubernamentales, muchos de los cuales proceden de bases ubicadas más al sur.
Los rebeldes comenzaron a lanzar ataques de gran envergadura contra cuatro bases aeronáuticas en Idlib y en la provincia cercana de Alepo la semana pasada, en busca de tomarlas. Taftanaz fue la primera en caer en manos rebeldes, mientras que los ataques contra otras instalaciones continúan.
Un video tomado por activistas dentro de la base y publicado en Internet mostró varios helicópteros en la base, algunos de los cuales parecían intactos. Otros estaban destruidos.
«Estos son los helicópteros que pertenecieron al régimen de Assad, y ahora son los helicópteros del pueblo sirio», dijo el narrador, al acercarse a una aeronave aparcada y al parecer en buenas condiciones.
También fue posible ver a rebeldes que desmantelaban una ametralladora pesada en la base, y que colocaban municiones en un camión.
Afuera de una de las unidades de vivienda en la base, había al menos seis cadáveres con uniformes militares. Otros dos muertos estaban dentro del edificio.
«Se negaron a rendirse. Los hemos instado a desertar desde hace 10 días, cuando comenzó nuestro ataque», dijo el narrador.