Insurgentes sirios tomaron control hoy de un hospital utilizado como base de una filial de Al-Qaeda en la ciudad norteña de Alepo, parte de una campaña creciente contra el grupo extremista en el norte de Siria controlado por la oposición, dijeron activistas.
La captura del hospital muestra la intensidad de los combates intestinos de la insurgencia que se han extendido durante días, en los que una coalición de grupos rebeldes combate a milicianos del Estado Islámico en Irak y el Levante, sus exaliados.
Un portavoz de este grupo se comprometió a aplastar a la coalición que lo combate.
«Sepan que tenemos ejércitos en Irak y Siria… se los advertimos», afirmó el vocero conocido como Abu Mohammed al-Adnani en un corto de audio colocado durante la noche en cibersitios extremistas. «Los aplastaremos y mataremos a la conspiración en su cuna».
El portavoz también declaró la guerra contra los chiíes en Irak, Siria, Líbano y Yemen, a los que los extremistas suníes consideran su principal enemigo.
Una caótica mezcla de grupos rebeldes en Siria, incluidas facciones islámicas, decidieron dirigir sus armas contra los combatientes del Estado Islámico el viernes pasado. Desde entonces los enfrentamientos se han convertido en las luchas intestinas más graves desde que comenzó el alzamiento popular contra el presidente sirio Bashar Assad en marzo de 2011.
Los combates entre rebeldes comenzaron después de que las tensiones entre ellos, que llevaban meses acumulándose, alcanzaron un punto álgido luego de reportes de que los milicianos de Al-Qaeda habían torturado y asesinado a un conocido médico.
Desde entonces los combates se han extendido desde la provincia norteña de Alepo a la cercana Idlib y a la provincia de Raqa, bastión del Estado Islámico. Al menos 300 personas han perdido la vida en las luchas intestinas durante los últimos cinco días, agregó Rami Abdurrahman, jefe del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.
La captura del hospital fue un impulso para los rebeldes, que apenas el día anterior sufrieron 20 bajas al estallar un automóvil conducido por un suicida de Al-Qaeda en la ciudad norteña de Darkush, de acuerdo con activistas.
El Observatorio y otros activistas reportaron que decenas de detenidos por los extremistas han sido puestos en libertad. El Centro de Medios de Comunicación de Alepo calcula que esa cifra es de alrededor de 300.
Mientras tanto, funcionarios suecos y de la Cruz Roja informaron que dos periodistas de Suecia secuestrados en Siria en noviembre han sido liberados.
La Cancillería sueca reportó la liberación del reportero Magnus Falkehed y el fotógrafo Niclas Hammarstrom, e indicó que ambos están recibiendo asistencia de diplomáticos suecos en Beirut. Hasta el momento no había más detalles sobre quién los raptó ni cómo fueron liberados.
Al continuar las luchas intestinas entre los insurgentes, también siguieron los enfrentamientos con las fuerzas de Assad.
En Duma, un poblado cercano a la capital Damasco, tres personas y un niño murieron y varios resultaron heridos después de un ataque aéreo gubernamental sobre una casa, reportaron el Observatorio y otro grupo activista, los Comités de Coordinación Local.