Veinticinco mil jóvenes que forman la milicia conocida como el «Ejército Blanco» marchan hacia una disputada capital estatal en Sudán del Sur, dijo un funcionario hoy, reduciendo más las esperanzas de que se cumpla el cese al fuego acordado por el gobierno y grupos rebeldes.
Buscando el fin de una crisis de dos semanas en la que han muerto unas mil personas, líderes del este de África anunciaron ayer que Sudán del Sur había aceptado un «cese de las hostilidades», contra fuerzas leales al ex vicepresidente Riek Machar, a quien el gobierno acusa de encabezar un frustrado golpe de estado el 15 de diciembre que desató la violencia.
Pero Machar rechazó el anuncio, y expresó en una entrevista con la BBC que cualquier cese del fuego tiene que ser negociado por delegaciones de las dos partes. El gobierno en la capital, Yuba, condenó nuevamente a Machar.
«El doctor Riek Machar ha puesto obstáculos a este genuino llamado al emitir precondiciones de que un cese del fuego no puede ser alcanzado a menos que haya negociaciones entre las dos partes», afirmó el vicepresidente James Wani Igga. «Es una total intransigencia y obstinación, porque lo más importante ahora es frenar la violencia».
Además de los muertos, decenas de miles de personas han buscado albergue en campamentos de la ONU.
Hay una inminente batalla por Bor, la capital del estado de Jonglei que cayó brevemente en poder de los rebeldes pero fue retomada por el gobierno esta semana, agregó el portavoz militar coronel Philip Aguer. Se piensa que fuerzas pro Machar preparan una ofensiva para recuperar Bor, dijo. Bor es la ciudad donde tres aeronaves militares estadounidenses fueron atacadas cuando trataban de evacuar a ciudadanos norteamericanos el 21 de diciembre, en un incidente en el que cuatro soldados estadounidenses resultaron heridos.
Aproximadamente 25 mil jóvenes de la etnia lou nuer, al que pertenece Machar, se dirigían a Bor, dijo el ministro de Información Michael Lueth. El «ejército blanco» lleva ese nombre por la ceniza blanca que los combatientes se untan en la piel para protegerse de insectos.
«Él (Machar) ha decidido movilizar a los jóvenes a nombre de la tribu», dijo Lueth.
La milicia ha amenazado al gobierno central previamente. En el 2011, el ejército blanco dijo que los jóvenes nuer iban a pelear hasta que todos los murle, otra tribu, hubiesen muerto. La declaración advirtió al ejército nacional que no interfiriese. Otra declaración advirtió que la milicia iba a «arrasar el ejército», de acuerdo con el Enough Project, un grupo de activistas basado en Estados Unidos que trabaja en asuntos de África central.
Las Naciones Unidas investigan reportes de asesinatos en masa desde que la violencia comenzó a expandirse por todo Sudán del Sur tras un choque entre guardias presidenciales el 15 de diciembre en el que se enfrentaron soldados del grupo étnico dinka, al que pertenece Kiir, con los nuer.
Toby Lanzer, el funcionario humanitario de la ONU de mayor rango en Sudán del Sur, dijo el lunes que cree que la cifra de muertos ha superado el millar.
Cerca de 58 mil personas se han refugiado dentro y en los alrededores de bases de la ONU en el país y más de 92.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares como resultado de los enfrentamientos.