SOCIEDAD EN CONSERVA. El 90 por ciento de los habitantes del país de la eterna constituye una sociedad en conserva; lo cual debe entenderse como que está debidamente preparada con los ingredientes mentales y culturales propios para su conservación, y envasada convenientemente para mantenerla dentro de los más rancios y mejor fermentados valores tradicionales y de moderación (o nulidad virtual) en las reformas, durante tiempo indefinido, o sea sin fecha de cambio, mutación o evolución posible.
Obediente y no deliberante, ajena y enemiga de las disensiones, de la actitud contestataria y del revisionismo, de las innovaciones y la evolución, todo ello condicionado e inducido por siglos de dictaduras paramilitares, el colonialismo en todas sus formas, y una oligarquía con secular estreñimiento feudal.
Conservación de la ignorancia, de la desmemoria, de la resignación, de la inercia.
Una sociedad a la que solo faltaba un kai-vil como Presidente para asegurar su conservación; aunque no necesariamente. (Con la colaboración de mi maestro y mentor Perogrullo.)
SIN TITULO. “Es que a mi mujer la conozco desde muy atrásâ€. “Es que a mi hijo le tengo confianzaâ€. “Es que con mi suegro somos medio parientesâ€. “Es que mi hermano es mi compadreâ€. “Es que con mi cuñado somos como hermanosâ€. “Es que mi yerno sé cómo trabajaâ€. “Es que mi padrino me conoce desde niñoâ€. “Es que con mi papá es como si yo fuera su hijoâ€. “Es que con mi primo estudiamos juntosâ€. “Es que mi tío es profesionalâ€. “Es que el Bobi (perro) es muy cariñoso conmigoâ€. Etcétera. (Ejemplos de razones que dan los políticos para justificar su descarado y prepotente nepotismo dentro del mal llamado partido y en el gobierno, siempre y cuando esos ínfimos detalles no puedan mantenerse ocultos.)
EXHUMAR EL TERROR. De recóndito e insondable misterio ha sido calificado por las autoridades más o menos competentes la procedencia de intimidaciones y amenazas directas contra miembros de la Fundación Antropología Forense de Guatemala (FAFG), esta vez a causa de las exhumaciones realizadas en el caso de la masacre de Las Dos Erres, en La Libertad, Petén, y en que cuatro exmilitares fueran condenados a penas de 6 mil años de prisión cada uno.
Las autoridades más o menos competentes no descartan que este nuevo acoso a los antropólogos forenses provenga de los extraterrestres, la Gestapo, la KGB, el Mossad, Al Qaeda, los talibanes, o, incluso, agentes infiltrados de Iván el Terrible. Con la globalización y lo poroso de nuestras fronteras, cualquiera viene y arma un su cuerpo ilegal o aparato clandestino, a espaldas de la CICIG.