REALIDARIO (DCLXVII)


HAITí, HAIT퍅 El nombre me suena. ¿No es aquel paí­s, el único en América, que aventaja de Guatemala en materias como desnutrición, analfabetismo, bajo desarrollo humano, corrupción, injusticia social, impunidad…? Haití­, claro. Esa nación, la única que podemos mirar por sobre encima del hombro, que nos sirve de referencia obligada: «después de Haití­»; «seguimos a Haití­ en»; «Haití­ nos gana respecto a…» ¿Qué serí­a de nosotros sin Haití­? No obstante, en Guatemala todaví­a tenemos muchos cadáveres bajo nuestros escombros, por toda clase de terremotos.

René Leiva

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DIEZ MANOS AFERRADAS A UNA PEQUEí‘A CAJA

Una calle de Puerto Prí­ncipe. Frente a la palangana de un camión con «ayuda humanitaria» desde lo alto sólo se ven diez manos morenas que agarran con mucha fuerza los bordes de una pequeña caja de cartón que contiene los excedentes alimentarios o medicinales de algún paí­s europeo, Francia tal vez. La escena dura unos cuantos segundos. Son diez manos duras y fuertes, venudas y callosas, sin asomos de brazos ni rostros, sólo las manos, como eslabones de rústico engarce para una joya de cartón reciclable.

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TURISMO SíSMICO. En primer plano, un grupo de desarrapados haitianos apiñados sobre los restos de un muelle de palos. En lontananza pero mucho más cerca de la lí­nea del horizonte marí­timo, se ve la cubierta de un crucero de lujo, anclado pero listo para zarpar, en donde turistas europeos y norteamericanos degustan finos licores y bocadillos ante mesitas cubiertas por coloridos parasoles de plástico, mientras algunos observan con binoculares, a manera de aséptico entretenimiento, las ruinas polvorientas de Port-au-Prince.

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LAVAPIí‰S. «Haití­ es el paí­s más pobre del hemisferio occidental. Allí­ hay más lavapiés que lustrabotas: niños que a cambio de una moneda lavan los pies de los clientes descalzos, que no tienen zapatos para lustrar. Los haitianos viven, en promedio, poco más de treinta años. De cada diez haitianos, nueve no saben leer ni escribir. Para el consumo interno, se cultivan las ásperas laderas de las montañas. Para la exportación, los valles fértiles: las mejores tierras se dedican al café, el azúcar, el cacao y otros productos que requiere el mercado norteamericano. Nadie juega al béisbol en Haití­, pero Haití­ es el principal productor mundial de pelotas de béisbol.» (De Las venas abiertas de América Latina).

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EL REINO DE ESTE MUNDO. «…la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquista puesto que allá todo es jerarquí­a establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo.» (Alejo Carpentier).