Reajuste de gobierno


Raúl Castro reajusta gobierno, pero reducción de gabinete sigue pendiente.


El presidente de Cuba, Raúl Castro, nombró al general Ulises Rosales, un hombre de su plena confianza, en la estratégica cartera de Agricultura, con lo que suman siete ajustes desde febrero, cuando al tomar posesión anunció una reducción del gabinete, aún pendiente.

Rosales, un militar de 66 años que fue jefe de Estado Mayor, es un influyente miembro del Buró Polí­tico del Partido Comunista que durante los últimos años tuvo la difí­cil tarea de reducir y renovar la industria azucarera.

Ahora tendrá la misión urgente de acrecentar la producción de agroalimentos y hacerla rentable, un imperativo debido a los altas cotizaciones internacionales y la tremenda dependencia del mercado exterior, que hace a la isla vulnerable.

El 80% de la canasta básica subsidiada que reciben los cubanos es de importación. La isla gasta más de 2.000 millones de dólares anuales en esas compras, que este año se incrementarán debido a la destrucción de los cultivos provocada por tres huracanes.

Con este nombramiento concluye la provisionalidad en esa cartera, vacante desde la muerte de Alfredo Jordán en 2005. Una situación similar vive aún la de Ciencia, Tecnologí­a y Medio Ambiente desde que falleció Rosa Elena Simeón en 2004.

Desde que hace unos cuatro años que empezó una reforma azucarera, 1,25 millones de hectáreas de las 2 millones que se destinaban al azúcar fueron dedicadas a la producción de alimentos, pero siempre regidas bajo el ministerio del Azúcar.

Ahora, con el nombramiento de Rosales, el gobierno otorgó seis meses para que esas tierras sean manejadas por el Ministerio de la Agricultura.

En sustitución de Rosales en el Ministerio del Azúcar ascendió Manuel Avila, un técnico con 38 años de experiencia pero desconocido en medios polí­ticos, lo cual parece confirmar la intención oficial de mantener esa industria en una expresión reducida.

Además de la superficie dedicada a la caña, las fábricas fueron reducidas de 156 a 61, y 100.000 de sus 400.000 trabajadores transferidos a otras labores.

El nombramiento de Rosales, uno de los históricos, parece estar en lí­nea con el del comandante Ramiro Valdés como ministro de Comunicaciones, en agosto de 2006, cuando Raúl todaví­a era presidente provisional, en lugar de su hermano enfermo, Fidel.

Cuando Fidel renunció a la reelección y Raúl fue designado por el Parlamento, la generación fundacional, que ya promedia 76 años, apareció con renovado poder en los puestos clave.

En su perí­odo provisional Raúl hizo cambios en las carteras de Transporte, Justicia y en el Instituto de Recursos Hidráulicos, al cual subordinó al ministerio de la Construcción.

Desde febrero nombró al general Julio Casas ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cargo que él ocupó desde 1959. También realizó cambios en Educación e Inversión Extranjera, hizo vicepresidente del Consejo de Ministros al titular de Gobierno, Ricardo Cabrisas, y reforzó la autoridad de otro vicepresidente, José Ramón Fernández.

Sin embargo, nada de ello parece apuntar al gabinete más «compacto y funcional», con «menor número de organismos de la administración central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumplen», que anunciara hace nueve meses.

Todo ello, dijo Raúl, «permitirá reducir la enorme cantidad de reuniones, coordinaciones, permisos, conciliaciones, disposiciones, reglamentos» y «circulares», o sea la burocracia.

Raúl Castro afirmó entonces que la reestructuración serí­a aprobada en el transcurso de este año por el Parlamento, al que le queda sólo una sesión anual en diciembre.