La justicia iraquí dio a conocer hoy la sentencia oficial que deniega la apelación de Saddam Hussein y ordena que el ex dictador sea colgado «hasta que sobrevenga su muerte», mientras el gobierno de Irak guarda silencio sobre la aplicación de la condena.
En Bagdad, la suerte del ex dictador parecía dejar indiferente a los habitantes, que seguían sufriendo más violencias: al menos 20 personas murieron en varios atentados con bombas.
La corte de apelaciones del Alto Tribunal Penal iraquí «aprobó la condena por crímenes contra la humanidad y la pena, pronunciada contra los condenados Saddam Hussein, Barzan al Tikriti y Awad al Bandar, de ahorcamiento hasta que sobrevenga su muerte», indica el documento.
El dictamen, de 17 páginas, está firmado por el presidente del Alto Tribunal Penal, el juez Arif Abdul Razzak Shaheen, y su publicación constituye el primer paso del proceso que llevará al ahorcamiento del dictador depuesto.
Seguidamente, la sentencia será transmitida a la Presidencia para ser ratificada por el presidente iraquí, Jalal Talabani, o en su defecto, por uno de sus vicepresidentes.
Saddam Hussein fue condenado a muerte el 5 de noviembre por el Alto Tribunal Penal por la ejecución de 148 chiítas de la localidad de Dujail, al norte de Bagdad, en los años 80, en represalia a un atentado contra su convoy presidencial.
Su hermanastro Barzan al Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia, y el ex presidente del tribunal revolucionario, Awad al Bandar, también fueron sentenciados a la pena capital.
La sala de apelación del Alto Tribunal ratificó el martes la sentencia y anunció que Saddam Hussein sería ejecutado en la horca en un plazo de 30 días, en «cualquier momento a partir de ayer».
En su sentencia, la corte responde minuciosamente a todas las objeciones presentadas por la defensa.
«Los actos atribuidos a los condenados en el proceso de Dujail son crímenes nacionales e internacionales que fueron cometidos en violación de las leyes iraquíes e internacionales», estimaron los nueve jueces que examinaron el recurso de apelación.
Los magistrados señalaron que «los crímenes cometidos por los tres condenados amenazan la paz, la seguridad y el bien común del mundo entero» y «suscitan la angustia en el seno de la comunidad internacional. No deben quedar impunes».
Los responsables de la matanza de Dujail deben «sufrir las consecuencias de sus actos», reza el texto, que concluye que «es del deber del Estado aplicar su autoridad contra los condenados».
El documento no menciona sin embargo el plazo máximo de 30 días, a contar desde el 26 de diciembre, durante el cual Saddam será ejecutado.
El gobierno iraquí, encargado de aplicar la sentencia, mantiene desde el martes un mutismo absoluto sobre la fecha en que el ex dictador morirá ahorcado.
Por otra parte, la violencia endémica, desencadenada tras la invasión estadounidense de marzo de 2003 que provocó la caída del régimen de Saddam, se cebó un día más en Bagdad.
Al menos 20 personas resultaron muertas hoy en una nueva serie de atentados en Bagdad, dos de ellos perpetrados en pleno centro, informaron fuentes de seguridad iraquíes.
Una bomba estalló en medio de un grupo de personas que hacían cola en una estación de servicio cerca del estadio Shaab. Diez personas fallecieron y 25 resultaron heridas, según las fuentes, que pidieron el anonimato.
Poco antes, en el barrio vecino de Bab al Sharki, dos artefactos colocados cerca del bazar de Haraj estallaron de forma casi simultánea provocando la muerte a siete personas. El número de heridos se elevó a cerca de 35, señalaron fuentes médicas.
En el sur de la capital, en el barrio de al Shabab, otros dos artefactos mataron a tres civiles, según las mismas fuentes.
Por último el Ejército estadounidense informó que cuatro de sus militares murieron ayer en Irak, tres de ellos en Bagdad.
El Alto Tribunal Penal iraquí publicó hoy la sentencia oficial que deniega la apelación del ex presidente Saddam Hussein contra su condena a muerte y ordena que sea ejecutado por «crímenes contra la humanidad».
«La corte aprueba la condena por crímenes contra la humanidad y la pena, pronunciada contra los condenados Saddam Hussein, Barzan al Tikriti y Awad al Bandar, de ahorcamiento hasta la muerte», indica el documento.
El dictamen, de 17 páginas, está firmado por el presidente del Alto Tribunal Penal, el juez Arif Abdul Razzak Shaheen, y su publicación constituye el primer paso del proceso que llevará al ahorcamiento del dictador depuesto.
Seguidamente, la sentencia será transmitida a la Presidencia para ser ratificada por el presidente iraquí, Jalal Talabani, o en su defecto, por uno de sus vicepresidentes.
Saddam Hussein fue condenado a muerte el 5 de noviembre por el Alto Tribunal Penal por la ejecución de 148 chiítas de la localidad de Dujail, al norte de Bagdad, en los años 80, en represalia a un atentado contra su convoy presidencial.
Su hermanastro Barzan al Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia, y el ex presidente del tribunal revolucionario, Awad al Bandar, también fueron sentenciados a la pena capital.
La sala de apelación del Alto Tribunal ratificó el martes la sentencia y anunció que Saddam Hussein sería ejecutado en la horca en un plazo de 30 días, en «cualquier momento a partir de hoy».
En su sentencia, la corte responde minuciosamente a todas las objeciones presentadas por la defensa.
«Los actos atribuidos a los condenados en el proceso de Dujail son crímenes nacionales e internacionales que fueron cometidos en violación de las leyes iraquíes e internacionales», estimaron los nueve jueces que examinaron el recurso de apelación.
Los magistrados señalaron que «los crímenes cometidos por los tres condenados amenazan la paz, la seguridad y el bien común del mundo entero» y «suscitan la angustia en el seno de la comunidad internacional. No deben quedar impunes».
Los responsables de la matanza de Dujail deben «sufrir las consecuencias de sus actos», reza el texto, que concluye que «es del deber del Estado aplicar su autoridad contra los condenados».
El documento no menciona sin embargo el plazo máximo de 30 días, a contar desde el 26 de diciembre, durante el cual Saddam será ejecutado.
El gobierno iraquí, encargado de aplicar la sentencia, mantiene desde el martes un mutismo absoluto sobre la fecha en que el ex dictador morirá ahorcado.
Por otra parte, la violencia endémica, desencadenada tras la invasión estadounidense de marzo de 2003 que provocó la caída del régimen de Saddam, se cebó un día más en Bagdad.
Al menos veinte personas murieron y otras 60 resultaron heridas hoy en una cadena de atentados, dos de ellos en el centro de la ciudad, según fuentes de seguridad iraquíes.