El Royal Bank of Scotland, propiedad del contribuyente británico en casi el 90%, anunció el jueves que eliminará otros 3.500 empleos como parte de una reorganización de su banca de inversiones, parte de su estrategia para reducir los planes de expansión global.
Las reducciones, escalonadas a lo largo de tres años, afectarán principalmente a los empleados de Global Banking and Markets, especializado en la asesoría de fusiones y adquisiciones. La división tiene 18.900 empleados.
«Nuestro objetivo con estos cambios es estar más centrados en nuestros clientes, con una estrategia de fondos más conservadora, más eficiente y con mayores y más estables beneficios para todos nuestros accionistas», dijo el director general Stephen Hester en una declaración.
El banco tuvo que reducir sus planes de expansión, coincidiendo con las gestiones del gobierno británico de obligar a los bancos a separar sus operaciones detallistas de la banca de inversiones.
Bajo el ex director general Fred Goodwin, RBS encabezó la adquisición del banco alemán ABN Amro en 2007, que fracasó en 2008 al estallar la crisis financiera global y desaparecer prácticamente el crédito. El grupo quebró en 2008 y el contribuyente británico tuvo que rescatarlo, siendo ahora el erario dueño del 83% de la entidad.
Las reservas con cargo a pérdidas en el caso de ABN hizo que los números rojos del banco en 2008 subieran a 24.300 millones de libras, una marca en Gran Bretaña.
Goodwin dejó el RBS con una pensión de 703.000 libras (1,1 millones de dólares) anuales tras encabezar la expansión del banco, aunque negoció luego un acuerdo para recibir un pago único de 2,8 millones a cambio de reducir su pensión.
Los últimos recortes se suman a los 2.000 empleos eliminados por el banco a mediados del año pasado, por lo que desaparecerán en total 11.000 puestos de trabajo desde que comenzó la crisis bancaria, cuando la plantilla laboral sumaba 24.000. El RBS dijo que abandonará ahora el negocio de fusiones y adquisiciones.