Raúl Castro autoriza más negocios privados


Un negocio de relojerí­a en La Habana. El Gobierno autorizó la apertura de más negocios, para evitar más empleos estatales. FOTO LA HORA: AFP

El presidente de Cuba, Raúl Castro, autorizó ayer una mayor apertura de pequeños negocios privados como parte de su plan para reubicar a un millón de empleados del Estado socialista, y descartó reformas de corte capitalista.


Al clausurar la primera sesión anual del Parlamento, el mandatario anunció la ampliación del trabajo por cuenta propia, la posibilidad de contratación de mano de obra y comercialización de algunas producciones, en una economí­a 95% propiedad del Estado.

La decisión elimina «varias prohibiciones vigentes para el otorgamiento de nuevas licencias y la comercialización de algunas producciones, flexibilizando la contratación de fuerza de trabajo», manifestó.

«No se puede hablar de reformas, estamos estudiando una actualización del modelo económico cubano, donde van a primar las categorí­as económicas del socialismo y no el mercado», dijo antes el ministro de Economí­a, Marino Murillo, en el inicio de la sesión.

Raúl Castro, quien relevó a su hermano Fidel hace cuatro años, señaló que la ampliación de la actividad privada es «una alternativa más de empleo de los trabajadores excedentes», que calcula en más de un millón, de una fuerza laboral de cinco millones.

«Nadie quedará abandonado a su suerte», dijo Raúl Castro, descartando despidos masivos.

El trabajo por cuenta propia fue aprobado en varias decenas de oficios en los años 90, como parte de las reformas para enfrentar la crisis en que cayó la isla tras la desaparición del bloque soviético.

Sin embargo, la concesión de licencias estaba congelada desde hací­a varios años y al cierre de 2009 sólo 148.000 personas ejercí­an legalmente ese tipo de trabajo, en tanto que la contratación privada de mano de obra se limitó a labores agrí­colas en tiempos de cosecha.

El presidente busca levantar una economí­a severamente afectada por una grave crisis de liquidez, la burocracia, la ineficiencia productiva, el embargo estadounidense, la crisis internacional y pérdidas de 10.000 millones de dólares dejadas por tres huracanes.

La situación se complicó hace un año, cuando se acumularon vencimientos de deudas con proveedores, calculadas por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de 600 a 1.000 millones de dólares.

Para enfrentar esa crisis, el Gobierno aplicó fuertes recortes a las importaciones e inversiones, redujo gastos incluso en sectores sociales como la educación y la salud, y limitó los movimientos bancarios de empresas extranjeras.

«Gracias a la confianza y comprensión de la mayorí­a de nuestros acreedores, hemos logrado algunos avances en el aplazamiento de obligaciones, las cuales tenemos la más firme voluntad de honrar en los nuevos plazos convenidos», dijo el presidente este domingo.

Añadió que las retenciones bancarias a empresas extranjeras «son hoy apenas un tercio de aquellas de hace un año y, como muestra de seguridad en el paí­s se han incrementado los depósitos extranjeros en los bancos cubanos».

Al evaluar el cierre del primer semestre de 2010, dijo que hay «resultados alentadores», «a pesar del incumplimiento» en algunos sectores de la producción agropecuarias, y resaltó mejorí­as en el turismo, la producción petrolera, el equilibrio monetario interno, las exportaciones y la productividad del trabajo

El ministro de Turismo, Manuel Marrero, precisó que se iniciarán negociaciones en enero para construir 16 campos de golf con capital internacional, que incluyen la venta de casas a extranjeros, tras una década de congelada esa polí­tica inmobiliaria abierta en los años 90.

En la jornada parlamentaria permaneció vací­a la silla de Fidel Castro, próximo a cumplir 84 años y quien está muy activo tras recuperarse de la enfermedad que lo llevó a delegar el poder. Este domingo recibió en su casa al canciller Yang Jiechi.