Mariano Rajoy cerró hoy 2013 con un mensaje triunfalista de cara al año que está a punto de comenzar: «2013 fue el año de las reformas y el 2014 será el inicio de la recuperación económica en nuestro país», proclamó el jefe del gobierno español tras el último consejo de ministros del año.
«Los esfuerzos más duros ya los hemos hecho», dijo en La Moncloa en una comparecencia en la que, tras un año de ajustes y recortes, habló de «final de etapa» en la crisis económica en la que España está sumida desde 2008 y avanzó una bajada del desorbitado desempleo.
Termina un año «duro y difícil», dijo Rajoy, pero «ya se han comenzado a ver los resultados de tanto esfuerzo» que agradeció expresamente a los ciudadanos.
El desempleo sigue siendo la cara más amarga de la crisis, con cerca de seis millones de personas (en torno al 26 por ciento de la población activa) sin trabajo en septiembre.
«Estamos muy lejos de alcanzar el nivel que perseguimos», dijo. «No puedo considerarme satisfecho». Pero anticipó mejoría también en este asunto: 2013 terminará con una cifra inferior de desempleados a la que había al acabar 2012. «Esto no ocurría en España desde 2006», celebró, y aseguró que también en 2014 bajará el desempleo.
El año próximo, además, habrá reforma tributaria que aliviará, dijo, la carga fiscal de las familias y estimulará la economía.
El mensaje triunfalista de hoy de Rajoy fue el que su gobierno lleva semanas perfilando.
«Hemos dejado atrás la recesión», reiteró. Y junto al crecimiento de las exportaciones, de la inversión extranjera, las revisiones al alza, aunque mínimas, de las agencias de rating y la bajada de la prima de riesgo es señal para Rajoy de luz al final del túnel.
«Se están sentando las bases de la recuperación», dijo, defendiendo que es gracias a sus reformas. «El cambio de tendencia en la economía no hubiera sido posible sin el paquete de reformas estructurales que hemos llevado a cabo», manifestó.
Unas reformas, ajustes y recortes que, junto al escándalo de corrupción y presunta financiación ilegal que arrastra su partido desde enero de 2013, han hecho caer drásticamente las expectativas electorales del PP.
A ese escándalo y al registro de la central del partido que en el marco de la investigación judicial llevó a cabo la policía no quiso referirse al ser preguntado en la rueda de prensa.
El problema que tiene Rajoy para que su mensaje de triunfalismo económico cale en la sociedad es que esa mejoría de la que habla no la perciben los ciudadanos. Por eso vino a pedir tiempo a los españoles para que confirmen lo que él proclama.
«Tenemos un fundado derecho a la esperanza. El año que viene será mejor que este, dejaremos atrás miedos e incertidumbres», aseguró. «Lo peor ha quedado atrás».
Y si su reto en lo económico es en 2014 la recuperación y la percepción de la misma, en lo político el frente se sitúa en el desafío independentista del gobierno regional de Cataluña.
Trabajará «sin descanso», aseguró, para impedir la consulta de autodeterminación que el gobierno regional de Artur Mas ha fechado el 9 de noviembre del próximo año. «Es contraria a la Constitución, por lo tanto no puede celebrarse», reiteró. «Dañaría enormemente a toda España, pero especialmente a Cataluña».
Sobre otros asuntos por los que le preguntaron pasó de puntillas y evitó responder a preguntas directas en temas como su polémica reforma del aborto, que ha abierto un gran debate en España, ha recibido críticas internacionales y ahora comienza también a tener las de algunos miembros del PP.
«Regula de manera equilibrada» la interrupción voluntaria del embarazo, dijo sobre la futura ley, que tipificará el aborto como delito despenalizado solo en dos casos: violación y riesgo para la salud física o psíquica de la madre, una tipificación que deja fuera las malformaciones del feto.
El aborto es un «asunto que produce posiciones diferentes en mi partido y en otras fuerzas políticas», se limitó a decir Rajoy, que no quiso manifestarse sobre si hay posibilidad de que dé libertad de voto a los suyos durante su tramitación parlamentaria ni si durante ese proceso podría añadirse la malformación fetal como supuesto.
Poco después de Rajoy, en la sede del Partido Socialista (PSOE) hacía balance de 2013 el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. «Es el año de las tres crisis: de la económica y social, de la política y de la territorial», aseguró. Y de todas responsabilizó al gobierno.