El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció la existencia de un movimiento de «restauración conservadora» en América Latina, destinado a «poner fin a este ciclo de gobiernos progresistas» en la región.
«La derecha nacional y la internacional ya superaron el aturdimiento por la debacle del liberalismo y por nuestros gobiernos. Están claramente articuladas», expresó el mandatario ecuatoriano, en una entrevista que publica hoy el diario brasileño «Folha de Sao Paulo».
«La derecha ecuatoriana sostiene contactos con la venezolana, con la americana (estadounidense), que financia supuestas ONG (organizaciones no gubernamentales), no sé si (también) con la brasileña, todo para combatirnos», agregó Correa.
Según Correa, la supuesta articulación de las fuerzas de derecha podría llevarlo a disputar un nuevo mandato en los comicios ecuatorianos de 2017, aunque aseguró que ello sería un «último recurso», ya que aboga por evitar «personalismos» en la política.
«Es necesario evitarlo. Pero, precisamente por esa restauración conservadora, hay una inmensa responsabilidad sobre nuestros hombros. Pero créame: como último recurso de nuestro proyecto está mi reelección en 2017», expresó.
El presidente ecuatoriano lamentó, por otra parte, la demora en el proceso de integración energética sudamericana y el estancamiento de proyectos como el del Banco del Sur y la moneda única: «Hay cosas que, desde el punto teórico, son impecables. Otra cosa es en la práctica, cuando el tema involucra a varias naciones».
«Pero de hecho no tenemos tiempo que perder. Tenemos que hacer cosas rápidamente. Y no vamos rápido», admitió el político de 51 años, quien también responsabilizó de los problemas a Estados Unidos que, a su juicio, no desea la integración latinoamericana.
«No nos engañemos: la integración de América Latina, con visión independiente, soberana y digna, es una preocupación para Estados Unidos. Y ya hay una restauración conservadora, de la derecha, de las élites de siempre del continente, para frenar esos procesos integracionistas y progresistas en el interior de nuestros países».
«Y entonces surgen contrapuntos a la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), como la Alianza del Pacífico (que conforman Chile, Colombia, México y Perú), que es neoliberalismo puro», enfatizó.