R E A L I D A R I O (DXLVI)


René Leiva

Indetenible holocausto palestino. Cada vez que cinco, diez niños palestinos son asesinados en los campos de concentración de Gaza y Cisjordania por los bombardeos israelí­es, las catacumbas del infierno son conmovidas por una caucásica carcajada de Adolf Hitler, el nazi, nieto de judí­os austriacos. El holocausto europeo tení­a por signo una cruz gamada; el holocausto palestino está marcado por una ensangrentada estrella de David. El mutismo de judí­os cientí­ficos, intelectuales, artistas y demás hombres y mujeres diseminados por el mundo, con alguna sensibilidad humana y memoria histórica se torna cómplice. ¿A qué distancia del muro de los lamentos está el becerro de oro?

**

Carga positiva. Fidel se recupera. En la Organización de Naciones Unidas, 183 votos contra el embargo-bloqueo del imperio a Cuba. Lula va a segundo perí­odo consecutivo en Brasil. La injerencia y amenazas de Gringolandia le dan el triunfo a Daniel Ortega (el filibustero William Walker es hecho prisionero, otra vez, por los nicas). Pinochet con más desafueros en Chile (asesinatos, secuestros, torturas, dólares y lingotes de oro en bancos extranjeros). Demócratas «humillan» a republicanos en las urnas del Energúmeno del Norte (¿alegrón de burro para el mundo? En ambos partidos hay predominio del judí­o internacional, dueño del gran capital, la fabricación de armas, director de la geopolí­tica y la cosmopolí­tica). «Renuncia» del criminal de guerra Donald Rumsfeld, secretario de agresiones armadas e invasiones del imperio, cuya cabeza no rodó como era deseable, o sea hasta el canasto al pie de la guillotina popular. «Sulfuroso» Bush ha perdido algo de su hedor a azufre, precisamente. En el paí­s de la eterna se obtiene un avance colateral o tangencial en el enjuiciamiento a perpetradores de crí­menes de lesa humanidad, no prescriptibles ni amnistiables.

**

Sorprendida buena fe. Cuando de pura casualidad tiene uno el infortunio de ser diputado oficialista al honorable, y de la directiva para mayor calamidad, se convierte en un ente vulnerable, que con facilidad puede ser sorprendido en su buena fe y cualquiera se aprovecha de esa candidez e ingenuidad propias de un parlamentario honrado y honesto. Entonces, cuando uno se ve en determinada situación anómala que tiene relación con pisto constante y sonante, viajes en primera a la Ciudad Luz o a la aldea oscura, caso que no quedó oculto como otros muchos sino que trascendió, ¿cómo debe uno reaccionar y mostrarse ante sus electores y la opinión pública? Pues declarándose el primer sorprendido, extrañado y estupefacto, pero por supuesto que muy molesto e indignado, enfadado y exasperado, por lo menos, dispuesto a llegar hasta las últimas o penúltimas consecuencias para aclarar tan infame engaño, trampa y ardid en que lo hacen caer a uno, con obvios tintes polí­ticos que sólo buscan desacreditarlo a uno y manchar su buen nombre, etcétera. Es cierto que ya nada le puede quitar a uno lo comido y lo bailado, lo bebido y lo que dijimos, pero siempre debe uno seguir el viejo y entretenido juego de hacerse la ví­ctima, para mientras, en tanto las cenagosas aguas congresiles vuelven a su nivel habitual.

**

Una pieza clave. Apodándole «Cuello Tieso», cariñosamente. Pareciera ponerle prótesis a su peculiar pronunciación. Te mira, si te ve, por encima del hombro, suyo. Lucra con mercancí­as tan dispares como violadores de los derechos humanos y supuestos niños desamparados que necesitan ser prohijados, o sea la defensa a ultranza de unos y la compra-venta de otros. En ambos negocios fructí­feros y bien organizados «Cuello Tieso» es sólo una pieza, clave y necesaria, en la conservación del lucrativo sistema donde eso que llaman ética y escrúpulos son románticas rarezas pasada de moda. Pero no debe regateársele cierta franqueza.

**

Peticiones a Uaio. Como me precio de estar entre el escaso pero selecto y exclusivo grupo de lectores del licenciado, emprendedor y próspero banquero Uaio de Dios Biatoro, he debido enterarme de que proyecta radicarse en tierras de Devil Dos Veces Ve Bush, por lo cual le ruego me incluya entre sus afortunados acompañantes, talvez en calidad de mayordomo, o algo así­. Y como no solo de petates vive el hombre, también le solicito a Uaio que si de casualidad le sobra por ahí­ una cartera de genuino cuero de Miura, pues que tenga la gentileza de remití­rmela a la misma dirección a donde me envió el petate la vez pasada. Gracias, mano.