Modesto éxito en la CONAVIAPABGUA. De acuerdo con un informe preliminar y provisional elaborado por el departamento estadístico de la Coordinadora Nacional de Viejitas Abrazables y Patojitos Besuqueables de Guatemala (CONAVIAPABGUA), este año la abrazadera y la besuqueadera a viejita y a patojitos por parte de los presidenciables tuvo una ligera baja, o sea no lo que se hubiera deseado pero sí en un índice significativo y esperanzador, lo cual se atribuye a la estrategia, la táctica y la logística empleadas por los técnicos de la CONABIAPABGUA para reducir, precisamente, dichos besuqueos (a los patojitos) y abrazaderas (a las viejitas). En principio, se estima que no hubo fuga de información respecto a las medidas tomadas, pues de lo contrario los presidenciales hubieran estado advertidos y habrían actuado de forma más mañosa y agresiva, si cabe, para besuquear y abrazar indiscriminadamente. Lo cual demuestra que cuando los sectores inermes y desprotegidos se organizan para defender su integridad física e incluso su vida, los políticos sufren una relativa derrota. Viejitas y patojitos unidos, jamás serán vencidos (por los presidenciales).
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Urgente reforma a la Ley de Hidalgo. Desde esta noble tribuna me permito lanzar una moción privilegiada para que la actual legislatura, digamos, realice una profunda y exhaustiva revisión doctrinaria y de estilo a la muy arraigada Ley de Hidalgo, es decir su fiel cumplimiento por parte de servidores públicos, incluidos a los propios diputados, por supuesto. Adoptada de la laboriosa legislación mexicana, y cumplida con creces, lo que pretendo es que nuestros parlamentarios modifiquen el texto original de «Pendejo el que al ceder el poder deje algo» (que rima con Hidalgo), por el de «Muchá, hay se dejan siquiera algo», el cual, viéndolo bien, no cambia substancialmente el espíritu de dicha ley, pues sólo hace hincapié en el agregado del adverbio siquiera, que significa tan solo o por lo menos, conservando el también adverbio algo, que se entiende por un poco o en pequeña cantidad o medida, casi nada. Todo ello con mi desinteresado afán por colaborar para cubrir las apariencias, que nunca están de más. (Aparte, en otro desorden de ideas, me gustaría insistir en la urgente e impostergable necesidad de crear la imprescindible Contaduría General de Costillas, que alguna relación tendría con la Ley de Hidalgo reformada. El Contador General de Costillas, aunque elegido por el no tan honorable con mayoría calificada, sería libre e independiente.)
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Sufragantes alienígenas. Como una burda estratagema ha sido calificada sospechosa participación ante las urnas electorales, precisamente en calidad de votantes, de extraterrestres que no pudieron ocultar su evidente acento de marcianos, detalle este que los delató en el acto al estar en presencia de los atentos y perspicaces fiscales de los partidos allí representados, a pesar de un aspecto de seres más o menos humanos, documentación en aparente orden, etcétera, pero al no más abrir la boca, fue imposible evitar que su rara pronunciación de alienígenas, recién llegados a la Tierra con el inconfesable propósito de votar por determinados candidatos, pusieron en alerta roja a las celosas autoridades locales y a los observadores internacionales, consignándolos a donde corresponde, según trascendió.
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Una buena ciudadana. La Junta Directiva de Abstencionistas Anónimos envía un saludo y una felicitación fraterna a la señora Amanda Archila de León ?quien no pertenece a nuestras filas de forma oficial? por sus conceptos publicados en El Periódico (9-IX-07): «Yo prefiero, calladita la boca, trabajar, hacer mi parte en este país. Cuando puedo tenderle la mano a quien lo necesite no dudo en hacerlo. Esa es mi forma de ser una buena ciudadana». «En lo único que creo es en mi trabajo, en hacerlo bien… es lo que todos los guatemaltecos debemos hacer». Doña Amanda perdió la fe en el sistema. En Abstencionistas Anónimos no perdimos la fe que nunca tuvimos. (¿Qué porcentaje de votantes es de analfabetos políticos?)
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Parafernalia sibilina. Tal como predijo la sibila de Xibalbá, gane quien gane las elecciones en segundo hervor (pero siempre generales y coroneles), los dos poderes paralelos tradicionales seguirán gobernando al país de la eterna, con o sin la parafernalia circense-electorera.