Hermanados por la impunidad. La virtual organización de profesionales de la impunidad, sus amanuenses y mercenarios, en hipócrita alegato por la manoseada soberanía nacional, piden que en lugar de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) sería más conveniente dejar en manos de la ineptitud, la incapacidad, la nulidad, la torpeza, la tolerancia, la dejadez, la negligencia, el olvido, la vista gorda, la amnistía caprichosa, las medidas prostitutivas, el privilegiado antejuicio, la inmunidad o exención, la componenda, el soborno, la complicidad o connivencia, etcétera, o sea por nuestros propios poderes, medios y recursos ?de probada ineficacia, cooptación y mediatización por esas mismas fuerzas del mal?, la solución de la arraigada y compleja problemática de dicha impunidad. O sea continuar e incrementar el círculo vicioso de la falta de castigo.
Los propios especialistas en impunidad, o sus incautos repercusionistas, dicen sentir vergí¼enza (sic) porque un grupo de extranjeros calificados en la materia vendría a implementar, como urgente necesidad nacional, un instrumento asesor contra esa impunidad. Pero vergí¼enza es que, por ejemplo, un repugnante general genocida y gorrón (G-3), una partida de militares ladrones, políticos corruptos y apátridas, empresarios hambreadores, capos y peces gordos del crimen organizado, etc., anden libres y con la frente en alto. Vergí¼enza es el Tratado de «libre» Comercio, gestionado por representantes criollos del imperio ante el Congreso. Vergí¼enza son los comandos yanquis asentados en áreas estratégicas del territorio nacional. Impunidad es la corrupción de la justicia, la perversión del poder, la prostitución de la autoridad. (En su enrarecida mezcla de temor y soberbia, los partidos políticos y sus diputados creen que aprobar el Acuerdo de la CICIG es una gracia, una dádiva y una concesión para con el pueblo.)
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Dar la cara. Hay individuos que, francamente, harían bien en no dar la cara ?la suya de ellos, se entiende?. Personajes del mundo político, económico o militar, que ante cualquier alusión, sólo porque se les menciona por ahí, dicen que pueden dar la cara, pero sería preferible que dicha parte anterior de su cabeza, que va de la frente hasta la barbilla, la conserven oculta o por lo menos sólo la muestren a sus parientes y amigos, que ya están acostumbrados a vérsela, pues en la mayoría de los casos, además de ser desconocida o nunca vista por la gran mayoría, también suele tener características o peculiaridades desagradables, causa disgusto, antipatía y hasta repulsión, ello por su misma condición de personas que algo tan tenido o tienen que ver con asuntos públicos o que interesan a un determinado sector de la sociedad. Incluso sería aconsejable no dar toda la cara de una vez, sino por partes, poco a poco, para no provocar traumatismos emocionales en personas sensibles. Dicen que dan la cara pero nunca hay quien la reciba, todavía con eso.
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¿Brasa o papa? Los más influyentes observadores y analistas no terminan de ponerse de acuerdo, digamos, en si Belice es una brasa o una papa caliente en manos del gobierno de turno. Porque tómese en cuenta que mientras una brasa viene a ser el pedazo de materia sólida y combustible, sea leña o carbón, cuando arde y se pone rojo e incandescente, una papa caliente sería ese tubérculo redondeado, con piel de color terroso e interior amarillento y carnoso, muy apreciado y de alto valor alimenticio, a alta o elevada temperatura, recién sacada de la olla con agua hirviente. Obviamente, dos cosas muy distintas. Señores, hay que saber definir, con precisión, en materia tan delicada como es el diferendo con Belice. Seamos serios siquiera en eso. (Y guatemalteco, recuerda: Petén es nuestro.)
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Al Capone. De última hora, en entrevista exclusiva, el señor Alfonso Capone negó de forma enfática y terminante que sea él financista directo o inversionista de partidos políticos en la actual contienda electoral, y que tampoco ha adquirido acciones o bonos en el mercado político, como tendenciosamente se ha especulado, aunque asegura que no podría decir lo mismo respecto a colegas, camaradas e incluso rivales suyos en el negocio, pero que de todos modos tampoco percibe falta o delito alguno en colocar unos cuantos millonetes de dólares aquí y allá, si bien su reembolso sea en especie o en ciertos servicios, pasado el tiempo, finalizó el señor Capone.