R E A L I D A R I O (DCXXXIII)


El mejor momento. De acuerdo con los más calificados técnicos del glorioso CACIF, la UFM, el CEES, ASIES, CIEM y la Liga Pro Patria (del criollo), el mejor momento, ideal, idóneo e incluso arquetí­pico para hablar -sólo hablar, que conste- de una reforma tributaria, pagar impuestos y aumentar el salario mí­nimo, serí­a el mero dí­a del juicio, entre las cuatro y cinco de la tarde, no antes ni después de esa hora fatal, pero siempre y cuando no haya sol ni sombra, ni viento, lluvia, polvo, granizo, movimientos sí­smicos o cualquier otro tipo de fenómeno atmosférico, telúrico o meteórico. (Con copia a la Presidencia de la República, al Ministerio de Finanzas y al no tal honorable.)

René Leiva

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Estacas. Resulta de elemental lógica el que la estaca labrada por determinada persona sea precisamente para que dicho individuo se siente en ella, nunca nadie más. Si el probable lector, a través de sus actos labra una bien pulida estaca -dicho sea con todo respeto-, ¿quién mas sino él debe utilizarla como su asiento? ¿Cómo va a ser eso de que yo, por ejemplo, me pase un tiempo trabajando una estaca para que sea otro quien apoye y descanse su trasero en ese palo acabado en puntiaguda extremidad? ¿Y no que a cada cual lo suyo? ¿Qué opinarí­a al respecto el Procurador de los Derechos Humanos? ya son muchas las quejas y los lastimeros testimonios acerca de individuos inescrupulosos cuya única actividad consiste en pulir estacas, con toda alevosí­a y ventaja, para que sean otros los que se sienten, mientras ellos andan sueltos y risueños. (Polí­tico: individuo entregado a afilar estacas para que el pueblo se siente en ellas.)

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¡Sésamo, ábrete! Entrevistado en su modesta pero acogedora vivienda en algún lugar de la legendaria Arabia, Alí­ Baba desea desmentir a todos quienes, desde hace mucho tiempo, en su ignorancia y ligereza de palabras le atribuyen ser ladrón e incluso Jefe de los famosos cuarenta ladrones, cuando más bien era, y es, un honrado leñador en los antiguos bosques de Nefud y varón temeroso de Alá, dueño de tres asnos. A quienes utilizan su nombre de manera irresponsable, Alí­ Baba les recomienda leer las Mil y Una Noches (772 Noches), dictadas por la propia Scherezada. (Cabe agregar a lo dicho por Alí­, que los 40 ladrones del referido apólogo nada tení­an que ver con peculado, concusión, malversación, desví­o de fondos públicos, enriquecimiento ilí­cito, jineteo, y otras ilegalidades institucionales, ya que aquellos eran delincuentes decentes, en comparación.)

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Obama. A mí­ también me gustarí­a enviarle unos cuantos consejos, exhortaciones, advertencias, sugerencias y directrices a don Barack Hussein Obama, de generales conocidas, pero, la verdad, presiento que mis mensajes constructivos y desinteresados sobre geopolí­tica y economí­a doméstica, pero más que todo acerca de inmigración chapina, no pasarí­an de quince kilómetros a la redonda. Que de todos modos ni falta le hacen -no los kilómetros sino mis sabios consejos.

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Bancos de horchata. A falta de cierto lí­quido rojo que deberí­a circular por las venas y las arterí­as de los guatemaltecos, en los bancos de sangre han dispuesto aceptar horchata por litro.

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Es insuficiente con sentar las bases. Debe amarrárselas bien para que no se levanten y huyan sin dejar rastro.