Ecoterrorismo. Probado está que el ecoterrorismo no sólo empuña la motosierra y disemina venenos en la explotación minera y depreda la flora y la fauna e incendia bosques enteros. El brazo armado del ecoterrorismo está constituido para emplear la táctica violenta, el acoso, las amenazas y el asesinato contra ambientalistas y protectores de la naturaleza que pretenden la utilización racional y tolerable de nuestros recursos naturales. Los mafiosos tentáculos del ecoterrorismo también hacen espionaje y portan armas de fuego. Las balas que hirieron a Yuri Melini igual iban dirigidas contra la madre tierra.
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Tras la carreta. En entrevista exclusiva, mi amigo el buey asegura ser el primer sorprendido (él y su compañero de yugo, que para mí son indiferenciables) ante la especie que circula en medios económicos, sociales y políticos, en el sentido de que a veces se le coloca atrás y no adelante de la carreta, o sea contra lo que dicta el sentido común y las buenas costumbres. Aunque ha tenido amos carreteros atrabiliarios, neuróticos, desequilibrados, o francamente chusemas, mi amigo el buey, en todos los años que tiene de larga vida jalando la carreta, ratifica que nunca jamás lo han puesto atrás de dicho carro pequeño de madera, de dos ruedas, y que si alguien lo intentase él y su compañero (que para mí son indiferenciables) serían los primeros en negarse a participar en tal despropósito producto de mentes enfermas, del que, insiste, nunca ha colaborado, por lo que ruega a la ciudadanía no dejarse influenciar por este tipo de gratuitos rumores desestabilizadores. Que esté castrado no significa que mi amigo el buey sea baboso.
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En el mercado. Día miércoles, diez y media de la mañana, el gentío de siempre. Mientras amas de casa compran verduras, frutas, carne y básicos granos, otros comemos una doblada acompañada de un vaso de arroz en leche. Hay por allí algo que se parece a una estación de radio, y en ella una voz que se desgañita echando sapos, culebras, cucarachas, casampulgas, alacranes y otros bichos contra la religión católica, los católicos, los curas y hasta contra las hermanitas de la caridad y la virgen María. Para mi sorpresa a nadie sorprende y ni siquiera se enteran del desgañitador «hermano» que se ampara con toda impunidad tras el anonimato, tras un micrófono más o menos clandestino. Un tipo que seguramente se llamará Josué, Aarón o Jeremías, y que amará a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo, siempre Biblia en mano. ¡Ah, los mercados!
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Palín. Por este medio, un numeroso grupo de distinguidos palinecos desea desmentir el insistente y malicioso rumor de que la Sarah Palin dejó su republicano ombligo en ese bello y laborioso municipio de Escuintla, toda vez que la candidata vicepresidencial ultraderechista al trono imperial no tiene ni ha tenido familia en la tierra de las piñas y se duda que entienda el pocomám, entre otros detalles no menos interesantes, además de que entre Palín y Alaska existen ciertas diferencias de evidente orden. Ahora si la Sarah Palin anda presumiendo ser oriunda de Palín, eso debe tomarse como una mera estrategia electorera, con el inconfesable fin de ganarse el voto de origen latino, nada más.
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¿En virtud de qué insondable azar la augusta imagen del eferregista Arístides Baldomero ha de aparecer con constancia fatal en la última página del suplemento político de La Hora?, se preguntan los acuciosos lectores.
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La única manera que tendría un político de depurarse en forma radical y definitiva sería suicidándose aunque fuera de manera virtual o simbólica.