R e a l i d a r i o (DCLXXV)


ENVOLTORIO DE TAMALES. Uno de mis recurrentes sueños, despierto, durante varios años como colaborador en diarios impresos, ha sido el poder encontrarme de sorpresa con una hoja de periódico, como envoltura de cualquier producto que comprase, en la que apareciera un artí­culo mí­o antiguo y olvidado.

René Leiva

Cuando me acuerdo de ese modesto capricho -ya que en Guatemala se acostumbra empacar tamales, paches y chuchitos con papel de periódico para conservarlos calientes y absorber humedad- a veces reviso las envolturas con la esperanza del feliz hallazgo, antes de tirarlas a la basura.

Nunca me ha interesado, por razones no tan obvias, si en piñatas y cuetes, que también emplean papel periódico, ha habido hojas con artí­culos de mi autorí­a. Puede ser. En todo caso, es papel apaleado y quemado.

Muchos usos, no necesariamente nobles, se asignan al papel en que se imprime toda una miscelánea de noticias, datos, ilustraciones, opiniones, cosas curiosas, para consumo masivo.

Pero al fin. La semana pasada compré dos tamales en un mercado cantonal, abstraí­do por asuntos confusos, y no fue sino hasta después que me percate vení­an empacados en sendas hojas de cierto medio para el que también escribo. No podí­a creerlo, pero era un hecho.

Al producto de mis afanes paleográficos y hemerológicos he decidido guardarlo como a un tesoro y ya he encargado un bonito marco labrado, con baño de oro.

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COLA EN TRAMOS. Es cierto; en la polí­tica partidista hay personajes con una cola tan larga y con tal variedad de lugares, tramos o facetas, que se necesitan muchos machucadores para poder abarcarla en todo su conjunto. La prolongación posterior del cuerpo y columna vertebral de estos individuos muestra una complejidad inexistente en otros animales, ni siquiera en los grandes saurios o en monos de cola prensil, lo que ya es mucho decir. Y a eso se debe que para cada tramo sea necesario el concurso de un especialista que sepa machucarla de forma técnica, a manera de que no retoñe, como suele suceder, ni que vaya a machucar la parte equivocada. Polí­ticos con este tipo de cola descomunal son los que, por ejemplo, están contra la Ley de Extinción de Dominio, ya que en el respectivo tramo de su cola aparecen evidentes señales de apropiación indebida, entre otras muestras de su incontenible tendencia hacia el escamoteo.

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EL ESPEJO EMPAí‘ADO. En el racismo, lo que atemoriza no es lo diverso, sino las igualdades, las demasiadas semejanzas que se tienen con el otro…

Lo verdaderamente diverso o distinto nunca causa aversión ni rencor. Al contrario.

Espanta y se odia en el otro lo que tiene de mí­… lo que hay de mí­ en él…

Cuánto femenino hay en el misógino, por ejemplo.

Cuánto de maya en el mestizo (o en el criollo).