Quino y Mafalda reciben el Premio Príncipe de Asturias en su año


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El 2014 es el año de Quino y de su célebre personaje: Mafalda cumple 50 años y, tras recibir numerosos homenajes y condecoraciones, España reconoció hoy al mítico dibujante argentino con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

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POR ANA LÁZARO VERDE Madrid /Agencia DPA

El jurado destacó en su acta que, medio siglo después, los lúcidos mensajes de la famosa tira cómica «siguen vigentes» por combinar «con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento».

   A sus 81 años, es uno de los humoristas gráficos más reconocidos internacionalmente, con una obra que invita a la reflexión desde el humor. El pasado 22 de marzo, recibió en el Salón del Libro de París la Legión de Honor, máxima condecoración de Francia.

   Joaquín Salvador Lavado -nombre real- heredó su afición por el lápiz de su tío Joaquín Tejón. «De un lapicito sale lo que se te dé la gana», suele decir. Del suyo emergió una niña inteligente, preguntona, crítica y tierna que soñaba con «un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos».

   Cómo sería Mafalda a los 50 años es la cuestión que más interesa hoy a sus lectores. Aquella niña es hoy, ante todo, un personaje universal, algo que tuvo muy en cuenta el jurado de los Premios Príncipe de Asturias, considerados «los Nobel españoles».

   «La obra de Quino conlleva un enorme valor educativo y ha sido traducida a numerosos idiomas, lo que revela su dimensión universal. Sus personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición social», destacó en el acta.

   El origen del popular cómic fue un encargo publicitario frustrado. Pero desde su primera aparición en 1964 en «Gregorio» -suplemento de humor de la revista «Leoplán»- hasta la última en 1973, Mafalda y sus amigos se convirtieron en una crítica al autoritarismo y a la «estupidez humana» y en un retrato de la Argentina de la época.

«¿Por dónde hay que empujar a este país para llevarlo adelante?», se pregunta esta indiscreta y simpática niña en una de sus viñetas. «¿Ven? Ese palito es para abollar ideologías», afirma señalando la porra de un policía.

   Quino nació en Mendoza (Argentina) en 1932. Hijo de emigrantes españoles, creció en una familia antifranquista y anticlerical que hablaba de política alrededor de la mesa. Aquellas conversaciones se colaron en sus tiras cómicas, después de decidir abandonar sus estudios para dedicarse a las historietas y al humor.

   En 1954, publicó su primera página en el semanario «Esto es» y, desde entonces, sus viñetas en papel invitaron a reír y reflexionar en los diarios y revistas de América y Europa, se recopilaron en libros y saltaron a otros soportes más adelante.

   «Después de leer a Mafalda me di cuenta de que lo que te aproxima más a la felicidad es la quinoterapia», llegó a decir en una ocasión el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, fallecido recientemente.

   En 1976 el golpe de Estado de Rafael Videla en Argentina llevó a Quino a exiliarse en Milán. Catorce años después, adoptó la nacionalidad española y desde entonces alternó su residencia también entre Madrid y Buenos Aires. Siempre con Mafalda a su lado.

   «¡Paren el mundo! ¡Me quiero bajar!», dijo en una de sus viñetas más conocidas la niña rebelde y comprometida. Medio siglo después, el mundo continúa girando. Y Mafalda sigue en él, crítica y cada vez con más premios, como si no hubiera pasado el tiempo.

    El otorgado hoy, el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, está dotado con 50 mil euros (68 mil dólares) y una escultura diseñada por Joan Miró. Quino se impuso en la votación al periodista mexicano Jacobo Zabludovsky y al filósofo español Emilio Lledó.

   Es el tercero de los ocho galardones que se fallarán en los próximos meses. El primero, el de las Artes, se concedió hace unos días al arquitecto estadounidense Frank Gehry, mientras que el segundo, el de Ciencias Sociales, fue para el historiador francés Joseph Pérez.

   La ceremonia de entrega tendrá lugar en otoño en la ciudad de Oviedo, en el norte de España, y estará presidida por los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia.

Frases de Mafalda que ilustran el mundo de Quino

Agencia DPA

Mafalda es el personaje que logró que el dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado «Quino» trascendiera todas las fronteras y mantenga hoy vigencia, 50 años después de haber creado el famoso comic.

Los pensamientos y dichos de esta pequeña niña conmueven y asombran al mundo y quedaron grabados en la memoria colectiva. «Es una niña que percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de sus ojos infantiles», afirmó hoy el jurado que le otorgó a «Quino» el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. A continuación, algunas de las más famosas frases de Mafalda:

– «¡Paren el mundo! ¡Me quiero bajar!»

– «¿Ven? Ese palito es para abollar ideologías» (afirma Mafalda señalando la porra de un policía).

– «¿Por dónde hay que empujar a este país para llevarlo adelante?»

– «Una cosa es un país independiente y otra un país in the pendiente.»

– «Y que nunca seamos el jamón del sándwich internacional» (rezando).

– «Y al final, ¿cómo es la cosa? ¿Uno lleva la vida por delante o la vida se lo lleva por delante a uno?»

– «¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?»

– «Como siempre: lo Urgente no deja tiempo para lo Importante.»

– «¿No sería más progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?»

– «Hoy entré al mundo por la puerta trasera.»

– «A fin de cuentas, la humanidad no es nada más que un sándwich de carne entre el cielo y la tierra.»

– «La vida es linda, lo malo es que muchos confunden LINDO con FÁCIL.»

– «(Escribiendo) Mi mamá me mima. Amo a mi mamá. (Huele en el aire el olor a sopa) ¡Mamá, o vos dejás de preparar sopa, o yo dejo de escribir hipocresías!»

– «¡Y todo porque los hijos nacemos cuando los padres ya coparon el poder en el hogar!»

– «A medio mundo le gustan los perros; y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau.»

– «Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.»