Las protestas en varias regiones bolivianas por el alza en los precios de los carburantes dejaron el jueves al menos 15 policías heridos y destrozos a instituciones privadas y públicas, además de la quema de una bandera venezolana.
Una de las marchas comenzó pacíficamente por la tarde, atrayendo aplausos a su paso por el centro de La Paz, pero terminó siendo reprimida y dispersada por la policía tras el intento de los manifestantes de ingresar a la plaza central de la ciudad, donde se ubica el Palacio de Gobierno.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, señaló en rueda de prensa que en los disturbios más conflictivos en La Paz, El Alto y Cochabamba quedaron 15 policías heridos en total, dos de ellos de gravedad.
«Se han realizado actos vandálicos que se han visto en pasadas protestas sospechosas propias de la derecha… hacemos un llamado a la calma, a la tranquilidad; hay policía patrullando para garantizar la seguridad», afirmó.
El presidente Evo Morales decretó el miércoles aumentos salariales del 20%, incluyendo a las fuerzas armadas, la policía, trabajadores de la educación y la salud, y anunció que mediará con las empresas para que lleguen a un acuerdo salarial con los obreros como medida para mitigar el golpe causado por la eliminación de subsidios a los combustibles.
Pero ahora los sectores sociales piden la derogatoria del denominado «gasolinazo». Sectores gremiales como el magisterio, juntas de vecinos de La Paz y trabajadores independientes ingresaron al centro paceño gritando consignas como «Â¡que renuncie el presidente Evo Morales!».
Tras los choques con la policía el grupo se dividió, y los inconformes apedrearon la Vicepresidencia, la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) y dos ministerios, al tiempo que intentaron quemar un vehículo de la Gobernación de La Paz, informó el coronel Roberto Torrez, subcomandante departamental de la policía.
Otro grupo bajó una bandera venezolana del asta en el centro paceño y le prendió fuego, medida que Llorenti calificó de «indignante».
Poco antes se registraron disturbios más violentos en la vecina ciudad de El Alto, donde los manifestantes tomaron dos instituciones y las apedrearon. Además quemaron las casetas de pago de peaje y al menos un vehículo.
En la región central de Cochabamba se registraron trifulcas similares.
El mandatario boliviano decretó un incremento de 73% en el precio de la gasolina, 83% en el diesel y 99% en el jet fuel, alegando que la mayoría de estos carburantes %u2014que el estado subvencionaba%u2014 eran vendidos en las fronteras con Brasil, Argentina, Chile y Perú a un precio mayor que en Bolivia.
El aumento repercutió de inmediato en los costos de alimentos básicos como el pan y el azúcar, así como en las tarifas de transporte con un alza de entre 60% y 80%.
En el Chapare, en Cochabamba, se registró un corte de rutas que afecta a esa región y a la vecina oriental de Santa Cruz en rechazo al gasolinazo, dijo Eulogio Franco, dirigente de los cocaleros, en declaraciones a radio Erbol.
Para bajar la tensión social, Morales dijo que otorgará a los funcionarios públicos un doble bono anual llamado aguinaldo. El ministro de Economía, Hector Arce, dijo que analiza pagar un primer aguinaldo entre enero y febrero.