(ver artí­culo de Marielos Monzón, en Prensa Libre del 16 de junio).

Conozco a Marielos Monzón desde su primer dí­a de nacida, porque soy su madre y nuestras vidas han estado unidas desde entonces. En l960 cuando empezó el conflicto armado, Marielos no habí­a nacido. Nació en febrero de 1971. Cursó sus estudios de preprimaria, primaria, básico y magisterio en el Colegio Monte Marí­a, donde sobresalió, no sólo por ser excelente alumna, sino también por su liderazgo y espí­ritu de servicio. En primero y segundo básico Marielos fue presidenta de su grado, en tercero básico fue presidenta del Consejo Estudiantil de Ciclo Básico. En Sexto Magisterio fue presidenta de Seminario. Las Madres del Colegio Monte Marí­a, entre sus obras de beneficio social tienen un hospital, una escuela y otros servicios en Jacaltenango, Huehuetenango, Marielos junto a otra compañera trabajó en esta obra, compartiendo y sirviendo a los más necesitados. También colaboró con las acciones del colegio tendientes a ayudar al que más lo necesita. Se graduó de Maestra de Educación Primaria en el año l989 y los dos años siguientes trabajó como maestra y catedrática del Colegio Monte Marí­a e inició sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Rafael Landí­var.

Se casó en l99l y durante los 5 años siguientes se dedicó dí­a y noche a su hogar y a sus dos pequeños hijos, amamantándolos, cuidándolos, estimulándolos y formándolos. A pesar del gran potencial de Marielos, ella optó por estar con sus hijos y los puso como prioridad en su vida, consciente de que los primeros años de la vida de los niños son decisivos en el desarrollo de su personalidad. Fue hasta l996 que ella, cuando sus hijos ya fueron al colegio, se inició en su labor periodí­stica. La paz se firmó en 1996. ¿Ya vio señor Fratti lo equivocado que está y lo delicado que puede ser la calumnia que usted profirió a mi hija? Marielos a través de sus experiencias, del servicio y en contacto con la pobreza, fue desarrollando su conciencia social y su deseo de contribuir de alguna manera, a una Guatemala justa, con igualdad de oportunidades para todos los guatemaltecos, con justicia social. Y encontró en su labor periodí­stica la oportunidad que le permitirí­a trabajar para ello, con su pluma , escribiendo como columnista primero en elPeriódico y actualmente en Prensa Libre, con su columna Punto de Encuentro. También con su voz conduciendo programas de reflexión y análisis de la realidad nacional en diferentes emisoras del paí­s. Muchas veces y en muchas ocasiones he encontrado personas que me han felicitado por los artí­culos de mi hija, centrados, profundos y acertados y me han dicho: «Siéntete orgullosa de tu hija». Serí­a muy largo mencionar las consultorí­as que mi hija ha realizado, todas tendientes a lograr una mejor calidad de vida para los guatemaltecos. Marielos, a pesar de ser tan joven, ha sido merecedora de muchos premios tanto a nivel nacional, como internacional. Cito sólo algunos de ellos. En el año de 2003 recibió el premio al Coraje Periodí­stico que otorga la Fundación «Mujeres en los Medios» con sede en Washington, D.C. Estados Unidos. En el año 2005, el «Premio al Periodismo en Derechos Humanos» que otorga Amnistí­a Internacional. En el año 2007 recibió el premio al Periodismo de Investigación en Desarrollo Humano «Irma Flaquer» que otorgas el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala» y en el año 2008 el reconocimiento «Guatemalteco Ilustre» de Seguros Universales. Termino citando las palabras de Jesús cuando estaba siendo crucificado: «Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen «y en el caso del señor Fratti yo digo: «Perdónalo Señor porque no sabe lo que dice». Espero que con este artí­culo quede perfectamente aclarado al señor Fratti y a los lectores que no la conocen, que Marielos nunca perteneció a la guerrilla, y que su labor como periodista y comunicadora ha sido y es contribuir al desarrollo y a la paz de Guatemala.