Quiero ser extranjera en mi paí­s


Irina Rohrmoser Moreno

Señor Presidente de la República:

Quiero hacer pública y dejar constancia de mis más sinceras felicitaciones para con su persona. Es usted un auténtico mago de la imagen. Después de todo, el arte de desvirtuar lo que la prensa internacional ha dicho de nosotros (en cuanto a la seguridad, por ejemplo), no es cosa fácil. Sin embargo, en las últimas visitas de altos funcionarios extranjeros, usted se ha portado a la altura. En el caso del presidente Bush, el paro nacional funcionó a la perfección. Todo frí­amente calculado: desde el cierre de las avenidas principales y zonas importantes, hasta la impactante efectividad en la participación de la PNC, armada hasta los dientes. Dí­as antes de la llegada del «vaquerito» ya todos sabí­amos por dónde podí­amos y por dónde no transitar.

Y justo cuando pensamos que ya habí­a sido suficiente, la agradable visita del mandatario ruso, nos demuestra la capacidad de montar un escenario!

Y es que el chapí­n que no se haya dado cuenta de este movimiento es porque realmente no vive en Guatemala.

Véase la decoración, desde los carteles de bienvenida a las personas del COI, hasta las nuevas (y temporales) señales de tránsito. Pareciera como si, incluso, se le hubiera pagado a personas para actuar como auténticos transeúntes en una ciudad feliz. La gente camina tranquilamente por las calles, hablando por celular, tomando fotografí­as, cargando sus lap tops. Los policí­as de tránsito no sólo hacen bien su trabajo, sino encima de todo SONRíEN al hacerlo!!

La ciudad que usted ha logrado presentar ante nuestros visitantes, señor

presidente, es genial! Parece como si fuera «sacada» de una de las campañas de «tiempo pagado» con las que publica usted sus «logros» en la TV; esas en donde la cámara puede omitir los planos que no queremos enseñar.

La seguridad que se respira es total. Cada cierto tiempo se ve a un picop de la PNC circular a lo largo y ancho de La Reforma. Cada cuadra cubierta por, al menos, cuatro policí­as armados con escopetas tan grandes, que no estoy segura si son para disparar o para balancear su corta estatura. Pero? qué seguro se debe sentir el señor Putin! Después de todo, a él sólo lo acompañan escasos guardaespaldas de aproximadamente 1.90mts (de radio!!!!), las mejores armas y cuatro carros blindados.

Es divertido realmente ver cómo nos ponemos de alfombra ante los pies de alguien que ni siquiera habla nuestro idioma.

Las pleitesí­as, los aplausos, los cuidados, los detalles, las atenciones, etc. son sólo para aquellos que tienen un «acentito» al hablar y ojitos claros.

En fin, el lunes, todo volverá a la realidad, y el show habrá terminado. Ya la gente tendrá nuevamente pánico a caminar por las calles, habrá nuevos muertos por un celular, tanto policí­as como conductores se «mentarán la madre» en el tráfico.

El lunes regresamos a nuestra Guatemala, la pobre, la hambrienta, la peligrosa Guatemala a la que estamos acostumbrados.

Qué lindo serí­a poder ser chapí­n en ella, y recibir trato de extranjero.

Eso sí­ Sr. Berger, lo bueno de todo es que estamos seguros que cuando usted transita por la famosí­sima Pennsylvania Avenue, o por la Avenida Nevsky, recibe usted los mismos agasajos, así­ que qué bueno que todo este teatro no sea sólo por gusto!