La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton se reunirá durante el fin de semana con los dirigentes israelíes y palestinos para intentar resucitar un proceso de paz estancado desde hace un año, pero los observadores son escépticos acerca de los resultados de estas entrevistas.
Hillary Clinton hablará el sábado con el presidente palestino Mahmud Abas durante una etapa en Abu Dhabi, antes de aterrizar en Israel donde sostendrá entrevistas con el primer ministro Benjamin Netanyahu.
La jefa de la diplomacia estadounidense ha sido precedida en Jerusalén desde el jueves por el emisario para Oriente Medio, George Mitchell, quien acaba de efectuar una serie de viajes por la región sin lograr convencer a israelíes y palestinos para que se sienten en la mesa de negociaciones.
Durante una entrevista el viernes con Mitchell, Netanyahu dijo esperar que las discusiones con Hillary Clinton contribuirán a «reactivar tan pronto sea posible las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos», bloqueadas desde la ofensiva israelí en Gaza a fines de 2008.
Sin embargo los analistas son escépticos. La llegada de Clinton «significa que el proceso de paz está en un atolladero y que ella quiere intentar reactivarlo», recalca el politólogo israelí Yossi Alpher.
Hillary Clinton presentó la semana pasada un informe de etapa al presidente Barack Obama, recalcando que «subsisten dificultades» antes de una reactivación de las negociaciones entre israelíes y palestinos.
Barack Obama considera este asunto como prioritario y por esa razón reunió en septiembre a Netanyahu y Abas durante una cumbre en Nueva York, pero sin resultados tangibles.
Además, las divisiones que desgarran el campo palestino no favorecen la reanudación del proceso de paz.
El movimiento islamista Hamas impugna la legitimidad del presidente palestino, que controla únicamente Cisjordania, y ha ahondado aún más la brecha al prohibir en su bastión de Gaza la celebración de las elecciones convocadas por Abas para el 24 de enero en los Territorios palestinos.
«Todo está completamente bloqueado entre los palestinos. En consecuencia es dudoso que se puedan registrar progresos significativos en las negociaciones con los israelíes», estima Jonathan Spyer, investigador israelí del «Global Research in International Affairs Center».
Con respecto a Israel, los palestinos exigen, como requisito previo para reanudar el diálogo, que congele por completo la construcción en las colonias de Cisjordania ocupada, consideradas ilegales por la comunidad internacional.
Netanyahu, cuya coalición gubernamental se apoya sobre todo en partidos de derecha y ultraderecha, ha resistido a los llamamientos internacionales que le instan a suspender la colonización, y ha propuesto una moratoria parcial de la construcción en las implantaciones.
Los palestinos dudan inclusive que la reanudación de las conversaciones pueda desembocar en un mínimo avance, teniendo en cuenta el abismo que los separa de Israel.
«Â¿Qué objetivos podríamos alcanzar? Creo que la posición del gobierno israelí es muy clara, y no espero estrictamente nada de ellos», confiesa Samir Awad, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Bir Zeit, en Cisjordania.
Si no hay avances posibles en el caso israelo-palestino es posible que Hillary Clinton cambie su estrategia y aproveche los llamamientos al diálogo expresados por los dirigentes sirios e israelíes.
«Cuando las discusiones de paz no funcionan entre Israel y los palestinos, despegan por el lado israelo-sirio. Es clásico y no me sorprendería que se presente de nuevo el caso», estima Spyer.