Quieren enterrar logro laboral francés


El presidente francés Nicolas Sarkozy se declaró este martes partidario de poner fin a la semana laboral de 35 horas y evitar el desfase entre las estadí­sticas económicas y la realidad de los franceses mejorando la medición del crecimiento, para lo cual echó mano de dos Nobel.


Durante una multitudinaria conferencia de prensa en el Elí­seo, sede de la presidencia, Sarkozy esbozó sus proyectos en materia económica.

«Â¿Desea usted que 2008 sea el fin, al menos real, de las 35 horas?, le preguntó un periodista. «Para decir la verdad, sí­», respondió Sarkozy sin dar más detalles.

La semana laboral de 35 horas está vigente en Francia desde la adopción hace unos años de una reforma de la duración legal del trabajo impulsada por los socialistas.

A finales de noviembre, Sarkozy propuso canjear por dinero las denominadas RTT (Recuperación del tiempo de trabajo). Durante su campaña presidencial estimó que la ley de las 35 horas era una «catástrofe generalizada para la economí­a francesa».

Esta medida adoptada por el gobierno socialista de Lionel Jospin en 1998, y muy criticada en los cí­rculos económicos, sigue siendo muy popular entre los franceses.

íšnica en Europa, esta legislación redujo la duración del trabajo semanal de 39 a 35 horas. Las RTT, que son dí­as de descanso compensatorios que corresponden por el tiempo extra trabajado, ya están arraigadas en la vida de los franceses.

La semana de 35 horas, que tení­a por objetivo luchar contra el desempleo mediante el trabajo compartido, ha permitido crear 350.000 empleos a expensas de miles de millones de ayudas públicas, según una estimación del Instituto Nacional de Estadí­sticas (INE) con la que no todos están de acuerdo.

El presidente de la República estimó que si los franceses «quieren trabajar más, deben poder hacerlo».

Por otro lado, Sarkozy confió a dos premios Nobel de economí­a, el estadounidense Joseph Stiglitz y el indio Amartya Sen, una misión de reflexión sobre el cambio de los instrumentos de medición del crecimiento económico de Francia.

«Hay que cambiar nuestro instrumento de medición del crecimiento», declaró este martes el jefe de Estado en la rueda de prensa del Elí­seo, durante la que estimó conveniente reflexionar «sobre los lí­mites de nuestra contabilidad nacional y del PNB», el Producto Nacional Bruto.

Los nuevos í­ndices deberí­an tomar más en consideración la percepción de los franceses, que «ya no aguantan más el desfase creciente entre las estadí­sticas que muestran un progreso continuo y las dificultades crecientes que sufren en su vida cotidiana», estimó.

«Esto mina el crecimiento, ya que nadie cree en la economí­a», agregó.

En la misma rueda de prensa, Sarkozy recomendó asumir una coyuntura económica mundial menos boyante de lo previsto.

«La coyuntura internacional es menos buena de lo que cabrí­a esperar, es así­, hay que asumirlo», consideró Sarkozy, cuando se le preguntó por la crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo («subprime») que estalló en el verano boreal pasado en Estados Unidos.

«El que los vientos sean favorables o frontales (…) no cambia nada», agregó el jefe de Estado, para quien Francia «saldrá adelante liberando las fuerzas de trabajo».

Francia ha instaurado «una estrategia de cambio global que no toma en consideración los avatares coyunturales», sentenció. Sarkozy

«Hay que cambiar nuestro instrumento de medición del crecimiento. Es conveniente reflexionar sobre los lí­mites de nuestra contabilidad nacional y del PNB.

Nicolas Sarkozy

presidente francés