En una entrevista otorgada, Mohsen Rezai, que de 1981 a 1997 fue el jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen, también quiere liberalizar la economía iraní, controlada por el Estado en más del 80%.
«Nosotros continuaremos el enriquecimiento (de uranio)», declaró. Habrá un consorcio en territorio iraní con la participación de países vecinos y europeos», añadió.
En mayo de 2008, Irán presentó a las grandes potencias un paquete de propuestas para permitir que la República islámica continuase su polémico programa nuclear.
Este «paquete» proponía la creación de un consorcio internacional de enriquecimiento de uranio y de producción de combustible nuclear, pero el diálogo está interrumpido desde setiembre entre Irán y las grandes potencias, que sospechan que las autoridaes iraníes quieren dotarse del arma atómica.
Rezai agregó que si es elegido actuará con determinación para «mejorar la política exterior de Irán y reducir las tensiones con Occidente».
Las relaciones entre Irán y la comunidad internacional se deterioraron desde que llegó al poder el ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, quien se presenta a un segundo mandato de cuatro años.
«En política exterior, yo no creo ni en las afirmaciones aventureras ni en la pasividad», sostuvo, criticando las declaraciones contra Estados Unidos e Israel del mandatario saliente.
Rezai también dijo que se siente «optimista» luego de la elección del presidente norteamericano Barack Obama y afirmó que actuará para «una interacción seria con Estados Unidos», pues los occidentales «han dejado de lado la idea de derrocar a la República islámica».
Las autoridades iraníes acusan regularmente a Estados Unidos de tratar de derrocar al régimen. Estados Unidos e Irán rompieron sus relaciones diplomáticas hace 30 años, pero desde que Obama llegó al poder, los norteamericanos han hecho gestos de apertura hacia Irán, sobre todo para tratar de convencerlo de que suspenda sus actividades nucleares.
Rezai, que abandonó su uniforme militar, insiste en que ofrece a sus electores «un paquete completo» de propuestas sobre las cuestiones económicas, nucleares y regionales.
Este veterano de la guerra Irán-Irak (1980-1988) afirma que quiere liberalizar la economía, que actualmente enfrenta una inflación de más del 25%, la caída de los ingresos petroleros y las sanciones impuestas por la comunidad internacional.
También critica la política económica de Ahmadinejad.
«El administró mal la economía e hizo daño al país», declaró, agregando que cambiar «las medidas populistas» del presidente Ahmadinejad es «un trabajo difícil (pero) estas deben ser detenidas, o los daños serán más importantes».