¿Quién vendió mi casa?


En tiempos de crisis económica la astucia sobrepasa los controles de seguridad y las estafas se multiplican. Después de adquirir una casa y pagarla, algunas personas se dan cuenta de que legalmente no es de su propiedad. Lo mismo le pasa a algunos propietarios, que después de abandonar temporalmente un inmueble, se encuentran con los «nuevos dueños».

Eddy Coronado
ecoronado@lahora.com.gt

Los guatemaltecos buscan inmuebles ante la necesidad de contar con un hogar propio, y en la búsqueda de la satisfacción de ser dueño de una casa o terreno pueden convertirse, de un momento a otro, en ví­ctimas de una estafa.

Aunque las autoridades no ofrecen cifras cuantificadas de estos hechos ilí­citos, sí­ advierten que existen riesgos en el proceso de compra-venta de inmuebles, pues reconocen la existencia de bandas de estafadores que se dedican al traspaso ilegal de propiedades, generando pérdidas considerables en los compradores y frustración en sus legí­timos dueños.

Un caso de este tipo sucedió luego de detectar irregularidades en los documentos de identificación de suplantadores de identidad, que habrí­an certificado propiedades en un estatus legal dudoso.

De esa cuenta, la Policí­a Nacional Civil capturó a dos mujeres que, en medio de llanto e inculpándose una a la otra, fueron conducidas a la cárcel.

Las capturadas son Juana Luz López Ronquillo, de 71 años, junto con Ana Luisa Hernández López, de 43, quienes fueron sorprendidas y capturadas hace algunos dí­as por agentes de la División Especializada en Investigación Criminal en el momento en que intentaban cerrar la transacción de la venta de una finca rústica ubicada en Ciudad San Cristóbal, pero que no era de su propiedad.

Ahora son acusadas de caso especial de estafa, falsedad material e intelectual.

De acuerdo con información proporcionada por la Policí­a se logró la captura gracias a la colaboración prestada por los abogados del bufete donde se iba a realizar la acción jurí­dica de compra-venta.

Todo inició con las sospechas del interesado en la finca, quien estuvo cerca de ser ví­ctima de una estafa por Q200 mil y a quien por medidas de seguridad, no se le puede citar.

La captura de las estafadoras se concretó en el bufete jurí­dico Martí­nez-Vassaux, ubicado en la zona 15, donde se habí­a dado cita a las ahora capturadas, quienes habrí­an modificado sus identidades para figurar como propietarias de la finca.

Los abogados del bufete refirieron que el haber ubicado una célula falsa, también da pauta a poder seguir el hilo de toda la red, así­ como encontrar a otras personas que hayan sido ví­ctimas de este grupo y podrí­an sumarse al proceso para combatir las mafias en el robo de bienes inmuebles.

SUPLANTACIí“N

La modalidad más común de estafa es la suplantación de identidad del verdadero propietario del inmueble por parte de un inquilino de la propiedad, alguien cercano a él, o un tercero.

Para ello, los estafadores se presentan ante los abogados para legalizar el trámite. Ahí­ suplantan a los verdaderos propietarios; usan documentos de identidad falsificados para lograr el fraude.

Los estafadores acuden a un prestamista, no a una institución bancaria, pues ahí­ son más rigurosos en sus préstamos, y convencen al comprador de adquirir una deuda para pagar el inmueble.

La estafa se descubre cuando los prestamistas acuden a las ví­ctimas para cobrarles la hipoteca. Otra de las modalidades de las bandas consiste en alquilar una casa para luego falsificar datos de los propietarios y venderla.

Tarde o temprano, el dueño legí­timo aparece y reclama la propiedad. Esto se verifica con un estudio documental. Mientras tanto, el comprador se queda sin dinero y sin la propiedad.

Para evitar la estafa por suplantación de identidad, una vez que sea seleccionado el inmueble a adquirir, el comprador deberá apersonarse al Registro de la Propiedad Inmueble para cerciorarse que el nombre del supuesto propietario sea el mismo que aparece en el Registro de la Propiedad.,

PROPIEDADES EN PELIGRO

Hay ciertos inmuebles que por sus caracterí­sticas son más vulnerables al fraude registral. Por ejemplo, cuando los terrenos se ubican en zonas de alta plusvalí­a, pero sin mayores controles notariales. También son muy preciados los inmuebles con un historial registral sin movimientos; es decir, que le pertenecen a la misma persona desde bastante tiempo atrás.

De acuerdo con información de la Policí­a, las bandas están bien estructuradas. Hay notarios, trabajadores y ex trabajadores del Registro de la Propiedad, quienes conocen bien cómo funciona el ente estatal.

Mientras que muchos notarios involucrados en este tipo de acciones se amparan en la fe pública y argumentan que creyeron que los documentos eran reales.

Con esa estructura, la falsificación de documentos, cédulas y escrituras públicas, facilita actuar con total impunidad contra guatemaltecos quienes, con mucho esfuerzo han adquirido sus propiedades.

Una propiedad ideal para cometer una estafa es:


Cuando un terreno se encuentra en abandono, no se le corta la maleza ni tiene linderos definidos, se tiene un indicio de que el dueño no está pendiente del estado de su propiedad.

Casas alquiladas o deshabitadas, pues ello les da más tiempo a los estafadores para falsificar escrituras y cédulas y luego venderlas.

Predios asignados como herencia o aquellos cuyos dueños son ancianos, han fallecido o no han revisado su documentación en los últimos años.