Quién es la gallina


GLADYS_MONTERROSO

“A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre” Pío Baroja

Quienes hemos tenido la oportunidad de leer o presenciar la obra “Delito y Ejecución de una Gallina”, comprendemos, no solamente el contexto en que la misma fue escrita, asimismo, su significado, en la que los personajes, no son más que auténticos representantes de una conflictividad social que no solamente no desapareció, sino que va en aumento, aunque existan quienes no quieran aceptar, que el planeta, especialmente los llamados países tercermundistas, como el nuestro, se encuentran girando en forma contraria a la lógica científica.

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


Representan  en la obra nuestra descerebrada estructura, el Supremo Distribuidor, los granjeros, sus mujeres, los gordos, así como las gallinas, y Gallinavada, quienes simbolizan una realidad más que evidente, los monopolios son representados por el Supremo Distribuidor, las gallinas son el pueblo, ese pueblo que se encuentra sumergido y se debate entre sus penurias  de toda índole,  Gallinavada, quien representa a todos los opositores del régimen, es acusada de soliviantar a todo el gallinero, que personifica la sociedad dominada económicamente desde siempre por las elites, que años después siguen manteniendo al país subsumido en la pobreza, esas mismas elites, se encuentran conformadas por grupúsculos de poder económico, que se van ensanchando cual pirámide, hasta llegar a la base que son las gallinas, o la sociedad en general.

La obra se encuentra concebida magistralmente, sin lugar a equivocarse sobre la realidad nacional,  por el gran escritor y humanista Manuel José Arce, quien por medio de sus columnas, Diario de un Escribiente, dejó en todos los que le leíamos un sentimiento de necesidad de cambio para las mayorías olvidadas por el establishment, y deseos de modificar el sistema permisivo a los intereses económicos de cualquier tipo, hoy más que en su momento, como una ironía de la vida “Delito y Ejecución de una Gallina”, representa la situación nacional, es por ello que esta obra debe apreciarse por guatemaltecos de todas las edades, más aún los jóvenes, pero desde el ojo crítico hacia la sociedad. Tuve la oportunidad de apreciar la representación hace 27 años, y me conmovió, hoy vuelta a poner en escena por el Colectivo TZ´IKIN, el 26 de septiembre recién pasado, molestó a muchos de los espectadores, y a un canal de televisión en representación moderna de los monopolios, por la “crudeza” de matar a una gallina, pero ¿asustarse por la muerte de una gallina, si comen su carne, la de pollo, vaca, buey y otros mamíferos, y no mamíferos? ¿Quién come estas carnes piensa acaso que no las han matado? Porque vivas no se comen, pero lo más dramático de la situación estriba en que no se asustan por la muerte diaria de tantos guatemaltecos/as, sin importar edad ni sexo.

La doble moral, va más allá de los puritanismos propios de la Edad Media,  de personas que han cerrado y siguen cerrando los ojos a la realidad en que vivimos, ya que debido a la forma de presentar la nota, por los intereses creados del señor de los canales, a este talentoso grupo de jóvenes, se les negó el apoyo para que siguieran exponiendo una representación teatral, que hoy tiene más vigencia que antes, y ya no tendrán donde presentar una obra de arte, que lejos de ser violenta refleja la crudeza de la realidad que diariamente vivimos en el país, sin que nos logremos explicar como un medio amarillista por naturaleza, muestre como una falta al decoro la muerte de una gallina, mientras se exhibe paralelamente la muerte de un ser humano sin inmutarse. Creo que Manuel José Arce se estremecería al saber que su país, por el que trabajó con el mejor medio que tenía, que era su pluma se encuentra peor en todos los aspectos que  cuando él escribió la obra en cuestión, ya que la gallina sigue siendo ejecutada, pero antes torturada, y posteriormente descuartizada. EL PROBLEMA NO ES QUIÉN LO DICE, ES CÓMO LO DICE.