A unos les habrá podido parecer demasiada drástica la justicia de China comunista, más a quienes sólo les importa los derechos humanos de los delincuentes, olvidándose que los apegados a la ley también los tenemos. La Corte Suprema rechazó la apelación del ex director de la Administración del Estado para la Alimentación y los medicamentos, señor Zheng Xiaoyu, por lo que fue condenado a muerte por haber recibido más de 884 mil dólares de soborno de parte de empresas farmacéuticas, así como por el incumplimiento de sus deberes.
¿Fue esta una decisión «política» o un claro ejemplo de cómo hacer para que los chinos no sigan por el sucio camino de la corrupción y de libertinaje, lo mismo que ha venido ocurriendo en Guatemala, en donde el cumplimiento de la ley es lo primero que les importa un pito a quienes por su propia voluntad se les otorga un mandato que debieran cumplir a pie juntillas? Piénselo bien estimado lector, ¿sería malo legislar en ese mismo sentido?, ¿quién con una luz se pierde?
La corrupción china ha llegado a causar enormes daños y perjuicios por todo el mundo. Permitió que alimentos contuvieran sustancias peligrosas, al igual que medicinas, en comida para animales y hasta en artículos higiénicos de uso común, causarán la muerte de muchas personas. Por lo que pregunto ¿Cuánto daño ha causado a nuestro país y a su gente que se haya construido obra pública sin llenar requisitos que garanticen que el día de mañana no van a ser causa de accidentes?, ¿cuánta corrupción no ha pasado por debajo de los centros hospitalarios en donde la medicina, equipos, instalaciones y demás enseres de mala calidad han provocado inconmensurable cantidad de muertes a través del tiempo?
Los corruptos siguen pasándola bien gracias. Ellos disfrutan de la indiferencia y hasta de nuestra complacencia al permitir que desde el más bajo empleado público hasta los más encopetados puedan saltar del petate al Cadillac en menos de lo que canta un gallo y sin que nadie les diga ni pío por las consecuencias derivadas de sus funestos actos. A todo esto, usted podrá decir que a este aprendiz de escribiente se le aflojó un tornillo de la cabeza, porque la sugerencia de condenar a penar de muerte a quien resulte culpable de corrupción se pueda llevar a la práctica algún día en Guatemala. No, claro que veo más fácil que la selección de futbol de Guatemala llegue a ser campeona del mundo, para que la gran mayoría de la población ¡por fin! Pueda percatarse y haga algo por combatirla efizcamente, pero ¿No hay que poner los puntos sobre las íes, cuando nuestros políticos creen seguir viéndonos la cara de lo que no somos? ¿Habrá alguien que pueda llevarlo a la práctica o usted espera que por inercia todo cambie en los próximos cuatro años?