Julio Rivera Clavería
Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica
Hay épocas en que en las sociedades sólo se advierte oscuridad en su futuro y no se ve una luz al final del túnel, son tiempos de turbulencia, incertidumbre y desconfianza en donde se perciben con claridad las miserias humanas y las capacidades limitadas de los Estados para resolverlas y esta crisis de seguridad y justicia que hoy atravesamos en nuestro país nos muestra algo de eso.
En uno de los medios de comunicación escrito fue publicado el día 17 de septiembre del presente año, una noticia en la que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica advierte sobre el movimiento de organizaciones de narcotraficantes de México y Colombia conocidos como cárteles, que huyen de la persecución de sus países hacia Centroamérica, y ese país, ofreció su ayuda a la región Centroamericana para combatirlos con el Plan Mérida; igualmente analistas en los temas de seguridad y justicia han venido advirtiendo sobre la problemática que las diversas organizaciones de narcotraficantes están originando en nuestro país. De acuerdo a informaciones de prensa el gobierno ha empezado a tomar algunas medidas en contra del narcotráfico, como la creación de fuerzas especiales integradas por miembros del Ejército y de Policía, llamados Cascos Verdes, que iniciaran su patrullaje en Izabal, ante un hecho que ya es una realidad en el país y el que se va a tener que enfrentar más temprano que tarde con la cauda de violencia, sangre y muertes que estos hechos acarrean.
La situación en México
No estudiar e investigar lo que está sucediendo en México, al tomar la decisión el presidente Felipe Calderón de enfrentar los cárteles del narcotráfico, es una irresponsabilidad. México está enfrentado grupos estructurados, organizados y jerarquizados que utilizan ejércitos de paramilitares con equipos sofisticados de computación, comunicaciones, armamento y grandes cantidades de dinero que les permiten la compra de voluntades. Este enfrentamiento que se libra en el país hermano ha generado violencia y muerte como nunca antes México lo había vivido, después de su Revolución.
En el México de hoy se palpa día a día las extorsiones, secuestros, asesinatos, terrorismo y todo tipo de actos de violencia inimaginables en contra de civiles indefensos que nada tienen que ver con ese enfrentamiento, estos cárteles han puesto en marcha una nueva estrategia de violencia, terror y miedo en contra de las fuerzas de seguridad y civiles planteada a través de actos terroristas, como lo demuestra el hecho sucedido el 15 de septiembre durante la celebración del grito de Independencia en el Estado de Morelia en donde murieron nueve hermanos mexicanos y un centenar resultaron gravemente heridos.
La experiencia de Colombia
Colombia ha vivido una experiencia igualmente salvaje en su lucha contra los cárteles del narcotráfico, pero esta guerra se ha venido convirtiendo paso a paso en un éxito para el gobierno colombiano al tener una fuerza pública profesional capaz de combatirlos en todos los campos y de contar con una aliada fundamental en esta lucha, una justicia que se aplica a todos por igual.
Como muy bien advierte el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, la presión que se ejerce tanto contra los cárteles mexicanos como colombianos por sus respectivos gobiernos hacen que estos busquen nuevos territorios en donde puedan seguir operando con menor presión por parte de los gobiernos, y qué mejor lugar que Centroamérica, área en la que la mayoría de países, con alguna excepción, impera la impunidad y la corrupción.
En el país
En Guatemala ya tenemos una primera demostración de la lucha interna de los cárteles mexicanos que con el apoyo de los Zetas, su brazo armado, luchan por consolidar y expandir sus territorios en Guatemala. La matanza ocurrida en Zacapa, a plena luz del día y en un lugar público, demuestra la vulnerabilidad de nuestro país, la ineficiencia e ineficacia de las fuerzas de seguridad para poder prever y contener estos crímenes y su invisibilidad en gran parte del territorio nacional. Este hecho, en particular, puede estar señalando el inicio de una lucha en contra de los cárteles del narcotráfico que es imposible obviar. De aquí que la estrategia principal debe enfocarse en fortalecer y profesionalizar el sector seguridad y justicia dotando a la Policía Nacional Civil, del número de elementos necesarios para brindar seguridad en todo el territorio nacional, el equipo de comunicaciones e informática necesarios, armas y recursos financieros para prever, combatir y contener esa avalancha que se nos viene encima de cárteles del narcotráfico buscando territorios más seguros para el éxito de sus operaciones ilícitas. Se debe fortalecer al Ejército con un mínimo de 25 mil hombres dotándoles de equipo moderno de aire, mar y tierra, así como los recursos financieros necesarios que le permita dar el soporte a la Policía Nacional Civil en esa lucha que se tendrá que enfrentar en los años venideros; igualmente como parte de esa estrategia se debe fortalecer el Ministerio Publico y el Organismo Judicial para que la justicia sea aplicada en forma rápida y contundente.
Estamos advertidos, hay decisiones políticas, que los Presidentes tienen que tomar en algún momento histórico, con un costo político personal, pero que a la larga significan beneficio para el país y este es uno de los momentos en que el presidente ílvaro Colom tendrá que tomar la decisión de mejorar esta Guatemala que hoy está sumida en una crisis de violencia y delincuencia que nos está afectando a todos por igual. Para eso, es importante lograr los acuerdos políticos necesarios con las elites del país, contar con el apoyo de los países amigos y de un esfuerzo regional integrado de seguridad cooperativa y de justicia que nos permita sumar esfuerzos en esta lucha, porque a la larga todos los países de la región vamos a ser, de alguna manera, damnificados o beneficiados, las cartas están echadas.