Quetzales volando


Ochenta y dos millones de quetzales están volando con destino ignorado desde ayer, puesto que la casa de bolsa Mercado de Futuros no pudo devolverlos al Congreso de la República tal y como se comprometieron. Ayer mismo al mediodí­a, los personeros de la casa de bolsa dijeron a la directiva del Congreso que iban camino al Palacio Legislativo para devolver el dinero y sus intereses, pero no llegaron sino por la noche a decir que no lo tení­an y a pedir una prórroga de noventa dí­as para cumplir.


El argumento es que no pudieron vender los «comodities» que, según una declaración del Superintendente de Bancos, en este caso se refieren sobre todo al mercado a futuros de petróleo. Cuando la casa de bolsa recibió el dinero y supuestamente lo invirtió, el precio del barril de petróleo crudo ligero rondaba alrededor de los noventa y cinco dólares y si hubieran vendido sus opciones ayer, el precio, ya con las bajas de los últimos dí­as, hubiera estado alrededor de los ciento veintidós dólares, es decir, la casa de bolsa hubiera tenido una ganancia de un veinticinco por ciento, aproximadamente, mucho más de lo que le debió pagar al Congreso de la República.

Hoy en la mañana el superintendente de Bancos explicaba de manera oficiosa los problemas de la casa de bolsa diciendo que por la volatilidad de los «comodities» y la baja del precio del petróleo pudieron tener problemas para vender sus participaciones y obtener liquidez. La verdad es que aún con la baja de las últimas semanas, la ganancia para un inversionista era alta y cabalmente ante esa tendencia a la baja es justo el momento de empezar a salir de esas inversiones antes de que lleguen a niveles inferiores al precio de compra, lo cual de todos modos se ve remoto.

El Congreso debió constituir inmediatamente garantí­as con otros activos de los personeros de la casa de bolsa y de la misma entidad para garantizarse el retorno del dinero, pero confiaron en la palabra de quien sobornaba a funcionarios con jugosas comisiones y se sentaron a esperar a que volviera la plata como si estuvieran tratando con personas honorables.

Hoy el gerente de la casa de bolsa no ha sido localizado pese a varios allanamientos ordenados por los tribunales tras una petición urgente del Ministerio Público y todo indica que estamos frente a otro acto de magia en el que se hace desaparecer una millonada de quetzales, al mejor estilo de lo que hicieron en su momento algunos «honorables» banqueros, hoy prófugos de la justicia, calidad que mantendrán quizá de por vida gracias a nuestra vocación de alentar la impunidad.