No sé tú? pero yo no dejo de sorprenderme (por lo bueno, lo malo y lo absurdo) que sucede en nuestro país. Fíjate que, desde hace un par de años, el Cerrito del Carmen, ese lugar que a nosotros nos causaba pavor cuando íbamos a tomar fotos para alguna clase de la U y que sólo encontrábamos en las páginas de los libros de alguna novela de acá, es ahora la sede del arte una vez al año.
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Manifestarte, como se llama esta feria cultural, reúne artistas de todo tipo que se despliegan a lo largo y ancho del lugar para que la gente grande y chiquita (ohhh, término incorrecto) pueda salirse de lo cotidiano que, lamentablemente, es ya en Guate la visitadera a los centros comerciales, más en estas épocas. También, se celebró el Festival íCARO y ¿no sabes qué maravilla?, que en plena Plaza de la Constitución proyectaron una película, con lo caro que es ir al cine ahora y encima, con las malas películas que uno encuentra ahí. Es alucinante que suceda algo así.
¿Viste?, las cosas han cambiado, no todo es como lo lees en las páginas de Internet de los periódicos, ni como CNN y otros noticieros las muestran. Si estuvieras aquí te sorprenderías también con la de lecturas de poesía, presentaciones de libros y actividades culturales que hay, acá, en la Antigua, en Pana. ¿Quién lo diría, verdad?
Lo malo, pues eso para qué contártelo, son otras noticias que te llegan: robos, asaltos, bancos que quiebran, desbordamiento de ríos, las maras (ups, de nuevo un término inapropiado), en fin, esa es la de nunca acabar.
Lo absurdo, en el Congreso -sí, ya sé, la sola palabra acá es absurda- es que los diputados se hayan ido «engañados» a París, a un seminario que nunca tuvo lugar. Calculá, bueno, al menos nuestro querido circo político tiene actores en cartelera.
En fin, cosas veredes Sancho amigo, Guate sigue, con todo lo malo que pueda pasar y con todo lo bueno que mucha gente puede lograr. Ya te contaré otro poco, o un montón, luego.
Mixcotelango, noviembre sin ti, 2006.