Hombres armados con fusiles irrumpieron hoy en las oficinas de un organismo humanitario, robaron computadoras y quemaron los archivos con las denuncias de casi un millar de niños desaparecidos durante la guerra en El Salvador.
«Este es un claro sabotaje a nuestra labor, no sabemos qué documentos destruyeron y qué se llevaron, pero este es un atentado contra nuestro trabajo», dijo Ester Alvarenga, directora de Probúsqueda.
Un oficial de los bomberos nacionales informó a los periodistas al salir del local que «es un incendio provocado, quemaron archivos, pero aún estamos haciendo la investigación».
Alvarenga afirmó que no había podido ingresar a las instalaciones y «no sé qué se llevaron, qué han quemado, pero aquí tenemos información muy valiosa».
Por su parte el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales, pidió al Fiscal General de la República que dé «prioridad y atención a este atentado».
Morales indicó que hay que investigar todas las hipótesis y pidió que «se asuma con responsabilidad seria la hipótesis de un atentado con finalidades políticas de intimidación contra la Asociación Probúsqueda a causa de su labor por la defensa de los derechos humanos».
También agregó que no hay que descartar que el atentado esté vinculado al recurso presentado a la Corte Suprema de Justicia para que se declare inconstitucional la ley de amnistía que no permite juzgar a quienes cometieron graves crímenes durante la guerra (1980-1992).
La Asociación Probúsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos, fundada por el sacerdote jesuita Jon Cortina, es una organización sin fines de lucro integrada por familiares de niñas y niños desaparecidos y jóvenes encontrados. Promueve y realiza la búsqueda, el reencuentro y la reintegración familiar de pequeños desaparecidos como consecuencia del conflicto armado. También contribuye al restablecimiento de su derecho a la identidad y promueve la reparación moral y material de las víctimas.
En los casi 20 años de labor, Probúsqueda ha recibido 921 denuncias de niños desaparecidos durante el conflicto armado y ha podido establecer la identidad y paternidad de 382 mediante pruebas genéticas. Más de 235 personas ya se reencontraron con su verdadera familia, 95 ya fueron localizadas y están a la espera del reencuentro y 52 más fueron halladas muertas.
Probúsqueda tiene en sus oficinas un banco con información genética de familiares de menores desaparecidos y aún tiene más de 500 casos por aclarar.
En una reciente investigación de The Associated Press, Alvarenga dijo haber documentado al menos una decena de casos de menores que fueron hurtados por militares salvadoreños, de bajo y mediano rango, para quedarse con ellos, para regalarlos o para ofrecerlos en adopción a cambio de dinero.
Los menores fueron separados de sus familias después de los combates con la guerrilla que desplazaron a la población civil.
La asociación ha pedido al Ministerio de la Defensa Nacional que haga públicos los archivos de la guerra, que dan cuenta de los responsables de las operaciones castrenses.
Probúsqueda ha contactado a varios militares, la mayoría ahora en retiro, que se habrían quedado con niños que desaparecieron durante la guerra pero se han negado a practicarse las pruebas de ADN solicitadas.