¡Qué viva la Diaco!


Q-Más con pena que con gloria fue celebrado (?) en Guatemala el Dí­a Mundial del Consumidor el pasado jueves 15. Para más escarnio, en esa fecha las empresas de televisión por cable reiteraron su unánime decisión de incrementar las tarifas, sin que se supiera reacción alguna de la señora Silvia de Padilla, titular de la Dirección de Atención (?) al Consumidor.

Eduardo Villatoro

Las llamadas «empresas cableoperadoras» Cablevisión Guatemala, Cablesur, Cingular, Cybercable de C. A., Galaxy-Cable, Intercable, Intercentro y Telecom anunciaron sin el menor recato que a causa del aumento de costos en sus operaciones, incluyendo el alza de la energí­a eléctrica, combustibles y materiales, decidieron por sí­ y ante sí­ elevar las tarifas a sus clientes, sin que, en compensación, informen que mejorarán el defectuoso servicio por el que se les paga.

En la casa donde vivo con parte de mi familia, recibimos la señal por cable de la empresa Cingular (así­, con «C», para ser más original, pero no por ello más eficiente), que hasta unos dos meses cobraba Q90 mensuales; cuando de improviso el joven que periódicamente se presenta a efectuar el cobro me indicó que el servicio aumentarí­a a Q100.

Cualquiera dirí­a que una familia de clase media se gasta Q10 en dos bebidas gaseosas compradas en una tienda o abarroterí­a, por lo que no vale la pena protestar por un incremento aparentemente inocuo. Acepté sin chistar la nueva tarifa; pero ahora todas las empresas que operan la televisión por cable amenazan con una nueva alza.

De esa cuenta, como casi estoy seguro de que ni la Diaco ni ninguna otra autoridad del casi desvanecido Estado, por obra y gracia de las polí­ticas neoliberales, saldrá en defensa de los cientos de miles de usuarios de la TV por cable, me veré obligado a pagar otros Q25 más mensuales más, de suerte que en aproximadamente en un trimestre el incremento es de alrededor del 35 %. (¡!)

No faltará alguien que opine que si no estoy de acuerdo con el aumento, lo más sencillo es que cancele ese servicio, en aras de la ley de la oferta y la demanda, como si tuviese la posibilidad de optar por otra empresa de la misma í­ndole, en vista de que, como queda anotado, todas convinieron en el alza, cual descarado oligopolio en las narices de la Diaco y demás hierbas.

Invito al lector de este espacio a que haga sus cuentas, en lo que respecta a lo que ganarán las empresas cableoperadoras con las nuevas tarifas. Si, por ejemplo, una de ellas, como mí­nimo, atiende a 10 mil familias, aumentará sus ingresos en un cuarto de millón de quetzales en un mes; pero sin que ello implique, por supuesto, mejoras en el servicio ni aumento de sueldo y prestaciones a sus trabajadores.

¡Pero qué viva la Diaco y doña Silvia!

Q-Por aparte, el lector José Joaquí­n López me envió un e-mail, indicándome que se rectificaron los datos del bajo coeficiente intelectual del presidente norteamericano George W. Bush, en el sentido de que fue una noticia difundida falsamente por la agencia EFE, según lo comenté el jueves 15.

Agradezco el interés del señor López, pero el hecho de que el gobernante de los USA no sea tan torpe como se dio a conocer inicialmente, no significa que deje de ser perverso y mentiroso.

Q-Romualdo afirma que la televisión es altamente educativa y sociable. Indirectamente invita a los televidentes a leer o a conversar con la familia o los amigos.