«Que se haga justicia», exigen sobrevivientes de la guerra civil


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Por las masacres de Rí­o Negro están en prisión nueve ex paramilitares de las disueltas Patrullas de Autodefensa Civil, condenados en 2007 a 30 y 50 años de prisión.» title=»FOTO LA HORA: ARCHIVO

Por las masacres de Rí­o Negro están en prisión nueve ex paramilitares de las disueltas Patrullas de Autodefensa Civil, condenados en 2007 a 30 y 50 años de prisión.» style=»float: left;» width=»250″ height=»166″ /></p>
<p>Carlos Chen, un indí­gena maya Achí­ que perdió a 44 familiares en cinco masacres perpetradas por el Ejército durante la guerra civil, exigió un juicio a los responsables y la dignificación de las ví­ctimas.</p>
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«Perdí­ a mi esposa, que tení­a siete meses de embarazo, y a mis dos hijos, hermanos, tí­os, sobrinos, cuñados, en total 44 familiares. Ahora que se haga justicia», dijo Chen, quien recorrió 200 kilómetros desde Rabinal a la capital para demandar el cumplimiento de las recomendaciones dictadas hace 10 años por la Comisión de la Verdad.

«Las masacres de Rí­o Negro (Rabinal) fueron cinco, la primera el 4 de marzo de 1980, la segunda el 13 de marzo de 1982, luego el 14 de mayo de 1982, luego el 14 de setiembre de 1982 y la última el 13 de febrero de 1983», indicó Chen, al recordar las fechas que dejaron heridas incurables entre su pueblo.

El constante frote de sus manos delata su nerviosismo al relatar que tení­a 26 años cuando soldados del Ejército, apoyados por paramilitares de derecha, mataron a su esposa Paulina y a sus dos hijos, la mayor de siete años y el menor de cinco.

Por las masacres de Rí­o Negro están en prisión nueve ex paramilitares de las disueltas Patrullas de Autodefensa Civil, condenados en 2007 a 30 y 50 años de prisión, la máxima en este paí­s, mientras que el coronel José Antonio Solares, está prófugo desde 2003.

«Yo fui torturado por el Ejército. Nos concentraron en la plaza de Nebaj y a 200 nos llevaron a un convento (católico). De ellos hasta el momento de 127 no se sabe el paradero», dijo Diego Gallego, quien estuvo detenido ilegalmente durante dos dí­as.

«Uno por uno iban pasando, dos (hombres) encapuchados decí­an quienes se quedaban y quienes podí­a salir. A mí­ me dejaron libre», dijo sobre su buena suerte, algo que no sucedió con dos tí­os y un cuñado, que fueron asesinados por los militares.

Chen, Gallego y otros sobrevivientes de la guerra civil (1960-1996) de cinco departamentos muy golpeados por el conflicto, llegaron a la capital para demandar justicia y reparación integral a los familiares de las ví­ctimas, tal como pidió la Comisión de Verdad en su informe el 25 de febrero de 1999.

Hasta el momento ningún militar ha sido sentado en el banquillo de los acusados por las masacres cometidas contra indí­genas mayas, quienes fueron el 83,33% de los 200 mil muertos y desaparecidos de la guerra, según el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.

Para lograr la reparación, según esta Comisión auspiciada por la ONU, era necesario aplicar cinco medidas: dignificación de las ví­ctimas, resarcimiento cultural, reparación sicosocial y rehabilitación, restitución material y resarcimiento monetario.

El documento auspiciado por las Naciones Unidas responsabilizó del 93% de las muertes de la guerra civil al Ejército.

«Yo fui torturado por el Ejército. Nos concentraron en la plaza de Nebaj y a 200 nos llevaron a un convento (católico). De ellos hasta el momento de 127 no se sabe el paradero»

Diego Gallego,

detenido ilegalmente durante dos dí­as.