Un reducido número de organizaciones tiene a su cargo uno de los mayores problemas sociales: la niñez en situación de calle.
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Centenares de niños y adolescentes guatemaltecos sin hogar se enfrentan, cada día, a los riesgos de la calle: explotación sexual, violencia, hambre, crimen y abandono, e incluso al maltrato de su propia familia.
Frente a esta situación, diversas organizaciones sociales y gubernamentales intentan hacer frente a los flagelos que afectan a la niñez guatemalteca, aunque los esfuerzos no son suficientes para acabar con el problema.
La esposa del alcalde capitalino, Patricia de Arzú, creó en 2004 los Centros de Atención para Niños y Adolescentes en Riesgo de Calle, que actualmente ofrece una mejor opción de vida a más de 500 chicos y chicas postergados, de 1 a 17 años.
Dicha labor se enmarca en las funciones que promueve y desempeña la Secretaría de Asuntos Sociales de la Municipalidad de Guatemala.
Los centros brindan a estos niños y adolescentes la oportunidad de satisfacer necesidades básicas como educación, salud y recreación, además de mucho amor y una sólida formación cristiana.
En especial, se procura mejorar las condiciones de vida de los menores que se dedican a labores de alto riesgo, por lo general en la calle, con el fortalecimiento de valores éticos, principios ambientalistas y expresiones artísticas.
Simultáneamente se les imparte nivelación escolar para su posterior inserción en el sistema formal de educación. Asimismo, los centros cuentan con área de cocina y comedores donde los chicos reciben refacción por la mañana, almuerzo completo y merienda vespertina. Para muchos de ellos es su única fuente de alimentos, ya que algunos, luego de retirarse del lugar, deben trabajar durante la noche para ayudar al sostenimiento de su familia.
Los menores reciben, además, atención médica en clínicas ubicadas dentro de las instalaciones, que no sólo se ocupan de proveer de cuidados cuando es necesario, sino también de promover medidas encaminadas a la prevención de enfermedades.
El programa incluye talleres de panadería básica, repostería y preparación de alimentos, adecuados a la edad de los menores, con el fin de que puedan insertarse, en su oportunidad, en el mercado laboral, y capacitación para las madres de los chicos atendidos.
A ello se suma espacios de recreación donde pueden practicar deportes y aprender danza, pintura, escultura y música, con el apoyo de las diferentes Escuelas de Arte Municipales. Esto se complementa con la enseñanza de principios ambientalistas, como la clasificación de desechos sólidos para su reciclaje, y el mantenimiento de los jardines de los centros, que están a cargo de los chicos.
Todo lo anterior está orientado a fortalecer valores éticos que propicien su crecimiento personal y los estimulen a llevar adelante sus propios proyectos de vida.
MOVIMIENTO SOCIAL
Felipe García, director del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez y Adolescencia, comentó que «las organizaciones que atienden el tema de niños de la calle, realmente se pueden ubicar por cabeceras departamentales, la que sufre más concentración de niños de la calle es la capital.»
«Las organizaciones que atienden a niños de la calle en la capital son muy pocas, y lastimosamente esta problemática se ha ido proliferando sin que se puede hacer algo, esto significa que el Estado no sabe cuánta gente está en situación de calle, no se tienen estadísticas reales, la población generalmente es inestable porque a veces cambian de puntos o ejes focales».
Existen muchas necesidades de las organizaciones, pero en especial, necesitan, según García, «que el estado se preocupe y genere los programas que le competen tal cual, la Secretaría de Bienestar Social que empiece a implementar el programa que tiene de protección a niños vulnerables», este proyecto está desde finales de 2009 y no está funcionando para atender a la población de la calle; se los llevaron a todos al «hogar Solidario», están realizando otras funciones y están descuidando esta población».
ODAGH
Nery Rodenas, representante de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, manifiesta que es preocupante la forma en que es tratada la niñez de la calle, ya que no existen políticas para sacarlos de las calles, «luego de la convención de los derechos de los niños se han derivado otras leyes en Guatemala, y cambios a favor de la niñez, pero para nosotros es importante recordar el compromiso del Estado en procurar los cambios a favor de la niñez.»
Sin embargo, Rodenas afirma «que hay muchas organizaciones a favor de la niñez que buscan lograr los cambios a favor de la niñez, pero lamentablemente las y los niños siguen siendo los más vulnerables, los más olvidados y en Guatemala son ellos los que sufren más violencia, es también obligada a participar en pandillas juveniles; pese a que hay muchas leyes estas no se cumplen, sin embargo, sí hay avances pero son mínimos».
Las principales dificultades que sufre la niñez son: la impunidad que existe en el país, asesinato de jóvenes, niñez trabajadora, hambruna, niños migrantes, trabajo sexual, trata de personas y adopciones ilegales.
«Se deben generar a las organizaciones sociales que están en ese vacío, creo que es importante buscar la rehabilitación de la niñez de la calle; si las instituciones no pueden, entonces es necesario trabajar con ellas para que puedan dar un buen apoyo a los niños de la calle», puntualizo Nery Rodenas.
ALDEAS INFANTILES SOS
Edgar Orantes, director de la organización Aldeas Infantiles SOS, comentó que es preocupante que la niñez no sea atendida; «es un gran esfuerzo el que hacen muchas organizaciones privadas, por dar asistencia a esta población de niños de la calle; pero lo que se tienen que tomar en cuenta es que hay una responsabilidad y un ente superior y responsable y es el Estado de Guatemala, teniendo que asegurar que estos programas en prevención y atención de niños que se encuentran en situación de calle, no debería de haber pretexto por parte del Estado para no prestar atención a esta demanda».
El trabajo que realizan las organizaciones no gubernamentales es un complemento y contribuyen a las posibilidades de los recursos de cada entidad, pero el ente encargado de realizar todos los costos y cubrir las necesidades de los niños en general es el Estado guatemalteco, afirmo Orantes.
La falta de políticas en tema de niñez, se verá repercutido en la desestabilización, «hay niños que no han tenido ninguna instrucción, que han sido creados sin cariño, sin ternura, esto agudiza la espiral de violencia en que nos encontramos».
«Es importante que se invierta en más temas de educación, salud, de vivienda y no en cárceles o en correccionales.»
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), lucha para erradicar la explotación, la trata y el abandono que sufren miles de niños, niñas y jóvenes:
? Fomenta generar información sobre la situación de la infancia apoyando el desarrollo de sistemas nacionales de información con datos actualizados, desagregados y fiables como base para el diseño de políticas y programas efectivos y de impacto.
? Trabaja por el cambio de actitudes y prácticas tradicionales arraigadas en las sociedades que vulneran los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
? Aboga con los gobiernos para que asuman un compromiso cada vez más fuerte en la defensa, promoción y protección de los derechos de la infancia.
? Promueve y apoya técnicamente las reformas legislativas necesarias para adaptar los marcos legales nacionales a los principios y mandatos establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, trabaja para lograr la implementación de esta legislación y para que las normas protejan efectivamente a la infancia frente a la violencia, la explotación y la discriminación.
? Presta asistencia técnica para fortalecer/mejorar: las capacidades de las instituciones del Estado y sus funcionarios; la sociedad civil y las familias para hacer frente a sus responsabilidades frente a la niñez, en temas como justicia penal juvenil, explotación sexual comercial y trata, abuso sexual, practicas no violentas de crianza y educación.
? Apoya la creación de sistemas de protección nacional y local que promuevan la desinstitucionalizacion y la creación de servicios de atención y rehabilitación para niños y niñas victimas y sus familias.
? Defiende la necesidad de crear mecanismos independientes de denuncia de las violaciones de los derechos de la infancia, accesibles para los propios niños y preferiblemente establecidos a nivel local (defensorías y observatorios).
? Promueve un papel activo de los niños, niñas y adolescentes en la creación de condiciones que garanticen su protección y desarrollo saludable.
A través de la Secretaria de Bienestar Social se implementan acciones dirigidas a disminuir la cantidad de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que dependen de la calle para sobrevivir.
La intención del eje de prevención es sensibilizar a la población vulnerable socialmente, sobre los riesgos que representa vivir en la calle. Se desarrollan actividades informativas alrededor de salud sexual y reproductiva, ITS, VIH, Sida, drogadicción, alcoholismo, derechos de niñez, etcétera.
Por otro lado, en atención directa se promueven procesos de reinserción social con la intención de ser atendidos dentro de los hogares de Protección de la Secretaría de Bienestar Social
La falta de recursos para las organizaciones que trabajan con los niños de la calle se ve reflejado en los más de doscientos niños que se encuentran en puntos estratégicos de la ciudad capital, no dejando de lado la cantidad de menores que se encuentran en los departamentos del país, sin atención; a este problema, de años, se suma el departamento de Chiquimula, donde actualmente ha proliferado en niños, niñas, mujeres, jóvenes y hombres la desnutrición crónica, y la falta de alimentos y cosechas en ese municipio.
¿Pero, será que todas las organizaciones que se mencionan y las que no se mencionan tendrán la capacidad de ayudar a la niñez y juventud de la calle?
Byron Alvarado, secretario general de la Comisión Nacional de la Niñez -instancia encargada de fiscalizar los proyectos de protección de la niñez y adolescencia-, señaló que el Estado «tiene serias deficiencias para cumplir con su papel como protector de los menores de edad en situación de calle».
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«En este caso, la Secretaría de Bienestar Social y las municipalidades son las instituciones responsables de velar y atender a los niños en situación de calle, pero hasta el momento no aplican modelos de intervención y educación adecuadas a la situación de los menores», señaló.
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«Hace falta la atención psicobiosocial, que significa un trabajo social completo que determine la causa de por qué los niños o niñas en situación de calle salieron de su entorno familiar y los procedimientos para su reintegración (…) no se trata solo de vestirlos con ropa nueva y darles un poco de comida, haciendo rifas y loterías, esto va más allá», añadió
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De acuerdo con Alvarado, antes que las organizaciones no gubernamentales y las fundaciones de caridad, son las instituciones gubernamentales las encargadas de estar al tanto del bienestar de la población vulnerable, como en este caso es la niñez.
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Nidia Aguilar, defensora de la Niñez y Adolescencia, de la Procuraduría de Derechos Humanos, indicó que esa instancia monitorea los centros de atención de menores de edad tanto del sector estatal como no gubernamental.
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Bienestar Social maneja ocho albergues para menores de edad que no cuentan con la protección de sus padres. Aunque el funcionamiento como hogar temporal es adecuado, Aguilar sostiene que «aún hay muchas carencias y debilidades institucionales».
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Por otra parte, la Defensora señaló que al mismo tiempo se fiscaliza la situación de los albergues de organizaciones no gubernamentales. «Es nuestra responsabilidad verificar que los niños reciban un trato adecuado».