La música tiene la capacidad de penetrar mentes y corazones. Enarbolando banderas políticas, sociales y religiosas ha sido capaz de mover masas a diferentes filas. También, cuando la música lleva buenas intenciones es capaz de atravesar dos polos, y salir bien librada.
Eso pareciera ser lo que busca Juanes, y su concierto «Paz Sin Fronteras», que espera realizar este 20 de septiembre en La Habana, Cuba, y el cual le ha traído críticas por grupos de cubano-americanos en Miami, ciudad donde él reside y donde han organizado actos públicos donde han quemado sus discos, y lo acusan de apoyar «la dictadura» cubana.
El músico colombiano que estará acompañado por otros artistas famosos como Miguel Bosé, Olga Tañón, Jovanotti, Luis Eduardo Aute y Orishas, ha insistido que su concierto es apolítico, y «sin ideologías».
Asimismo, estos artistas tendrán el apoyo de artistas cubanos como Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, quienes están identificados con la revolución cubana, y ven en la iniciativa de Juanes un propósito «noble». Rodríguez afirmó a un medio cubano que a quienes les molesta el concierto es a «la ultraderecha porque la naturaleza de esta gente es agresiva, como el bloqueo, y porque la idea y el hecho de la Paz socavan el odio que les alimenta».
Al igual que el nuevo documental de Oliver Stone, en el que este director norteamericano ha tenido el atrevimiento de presentar la figura de Chávez, de manera distinta a como lo presentan los medios norteamericanos, me parece que este concierto sorprenderá a muchos en todo el mundo, al abrir una ventana como dice Silvio Rodríguez, para conocer verdaderamente «el drama y la alegría que se viven en Cuba», además de ser un «un fuerte mensaje de voluntad de Paz, en este caso entre los EE.UU. y Cuba», tal como lo señaló el artista.
Esperemos a ver qué ocurre luego de este concierto y de ese documental, aunque seguro darán mucho qué hablar. Y a propósito de dos polos, me pareció curioso que luego de la final del torneo de tenis, conocido como «US Open», se escuchara la canción «Matador», del grupo argentino Fabulosos Cadillacs, tras la victoria del también argentino Juan Martín del Potro. Es decir, un tema en honor al cantante chileno, Víctor Jara, quien casualmente fue asesinado en un estadio deportivo por la dictadura de Pinochet un 16 de septiembre, suena en un torneo de tenis de Nueva York, financiado por empresas ícono del capitalismo norteamericano.
Ahora, debo dejar claro que la intención de este artículo no es dejar un mensaje de «viva la neutralidad», que me parece que en la mayoría de casos no es tal, si no más bien es un apoyo solapado a una u otra posición. Más bien, la idea es que en algunos casos pueden reducirse brechas y antagonismos creados por desinformación, y la música es una forma de hacerlo.
Aunque ahora la pregunta es, qué tanto puede hacer la música y el arte en momentos en que Estados Unidos coloca 7 bases militares en Colombia, mientras Brasil, Bolivia y Venezuela compran grandes cantidades de armamento militar. Ojalá pudieran darse esfuerzos en esa línea.
Finalmente, quiero pensar en que la juventud de Guatemala, también tiene la posibilidad de atravesar dos posiciones encontradas. Mucho se ha debatido por el carácter militar de los desfiles de independencia. Me he podido dar cuenta que cada vez hay más bandas haciendo música popular y cambiando el formato de las marchas militares, por coreografías. Pero aún quedan bandas marciales, ¿Será que quieren estar a tono con la visión de nuestro alcalde que propone educación cívico-militar? Ojalá ese estilo desaparezca, pero con verdadera convicción de la juventud de no repetir un pasado de muerte.