Uno de los lectores me pregunta por medio de un correo, por qué considero que el efecto de la legalización se daría «hasta» el tercer año de promulgada esta ley. Lo que sucede es que los efectos de cualquier proyecto de ley para legalizar a los indocumentados en Estados Unidos, no tienen que ser inmediatos, pues por un lado hay que considerar el proceso que llevará tramitar la residencia, y por otro el tiempo que llevará para que la nueva ley les permita trasladar a sus familias con ellos, y esto también implica otro gasto que requiere ahorrar recursos. Es más, yo no descartaría que hasta unos veinte meses después de promulgada esta ley, estemos observando un fuerte incremento en las remesas, ya que no debemos olvidar que la legalización mejorará las condiciones de trabajo de los emigrantes, y esto tiene un efecto positivo en sus ingresos a un plazo muy corto y por lo tanto, en su capacidad de enviar dinero.
Lo que sí es seguro, es que si en esta nueva ley migratoria se toman en cuenta los elementos letales de la HR4437, como criminalizar la presencia en territorio norteamericano de todo indocumentado, penalizar drásticamente a los empleadores y a cualquier persona que los asista, sumado al rompimiento del vínculo económico con los países de origen al reunificarse las familias, lo cual permitiría la legalización, es indudable que la presencia de las remesas se irán reduciendo en los países expulsores de población.
Otra de las preguntas que me hacen es, ¿por qué estoy tan seguro que se dará la legalización? La respuesta es sencilla, primero debemos tomar en cuenta que ningún gobierno tiene la capacidad para sacar de la noche a la mañana a 13 millones de personas que ya están integradas en la vida cotidiana de ese país, son personas que resultan vitales para su economía, pagan impuestos y también son parte importante de la población consumidora de esa sociedad, además, al representar mano de obra barata, están colaborando de manera significativa en la competitividad de sus productos, tanto en el mercado interno como en el externo de ese país. Otra situación que me ha llevado a esta conclusión, es analizar las propuestas de John Mc Cain y Edward Kennedy, y ahora la de Luis Gutiérrez y Jeff Flake, representantes y senadores que han logrado articular proyectos de ley más humanos que los de la HR4437, y observar como estas ideas han logrado permear e ir avanzando gradualmente en los sectores derechistas más recalcitrantes del Congreso norteamericano.
Por eso es que he llegado a la conclusión de que habrá una legalización, pero al mismo tiempo no puedo cerrar los ojos a la realidad de que la población mayoritaria de ese país y sus autoridades ya no quieren en el futuro más «ilegales». Los anglosajones han ido observando de manera gradual como su cultura se ve amenazada, la influencia política de la población hispana ha ido avanzando y la clase media baja estadounidense también argumenta sentirse laboralmente desplazada. Más que razones de seguridad como algunos argumentan, yo veo causas de orden político. Por esto mismo también veo en el futuro a un Estados Unidos receptando mano de obra de otra manera, trabajadores que le aporten a su economía pero que no lleguen a quedarse, de ahí la creación de los «Programas de Trabajadores Temporales», que considero será la nueva modalidad después de esta próxima y probablemente última legalización en masa. Un saludo muy cordial a «Siete Sangres» en el Banco de Guatemala.