El Ministerio de Finanzas ha lanzado un salvavidas a ílvaro Colom y Otto Pérez Molina al pedir al Congreso que se prorrogue temporalmente (por un año) la vigencia del IETAAP para que quien gane la Presidencia no se encuentre con un agujero fiscal que le haga la vida imposible en el primer año de gobierno. Y digo que les ha lanzado un salvavidas porque penosamente para el país, ninguno de los dos políticos que se disputan la Presidencia han tenido la entereza de abordar el tema fiscal para explicar cómo jocotes piensan obtener los recursos para financiar todas sus promesas electorales que, a la luz de la realidad tributaria, son más vacías que nunca, más mentirosas que en cualquier otra campaña política.
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Por supuesto que hablar de impuestos es problema y genera reacciones encontradas, pero no hablar es una muestra de cuán vacía es la propuesta de los candidatos y por qué es que la gente pensante no puede tener confianza en ninguna de las dos candidaturas que no tienen la entereza ni el valor de asumir compromisos en cuestiones que no podrán eludir si llegan al poder. Tanto Colom como Pérez tendrían que proponer el año próximo, desde la Presidencia, un paquete tributario, una reforma fiscal o como quiera llamarse a sus iniciativas, para resolver la falta de recursos para cubrir las elementales necesidades planteadas por el Presupuesto de la Nación. Y no estoy hablando de cuestiones ambiciosas como querer realmente iniciar la atención a los problemas más graves del país, sino simplemente para mantener el ritmo que hasta ahora se ha llevado y para cubrir los gastos que han sido presupuestados por este gobierno con una visión bastante obtusa sobre nuestra realidad.
Ahora, cuando el Ministerio de Finanzas asume la postura de pedir a los diputados que prorroguen la vigencia del IETAAP, sería bueno conocer el criterio de los dos candidatos que corren el riesgo de ser electos gobernantes en condiciones en las que no tendrán ni siquiera recursos para cubrir los gastos ordinarios, no digamos para invertir en mejorar al país. Para ellos es un alivio que este gobierno tome la iniciativa, porque de esa manera no tienen que hablar de la materia durante esta peliaguda etapa del proceso electoral en la que podrían perder votos si decidieran actuar con responsabilidad y hablaran de lo que realmente deben hablar.
Es más fácil seguir con la perorata vacía de promesas que tratan de babosearse a los ciudadanos que asumir el papel de estadistas responsables explicando que para lograr resultados los ciudadanos tendremos que pagar impuestos, que deberá hacerse algo para mejorar la recaudación fiscal y que como guatemaltecos tenemos deberes fiscales que no podemos seguir eludiendo.
Da vergí¼enza ver que en Guatemala todo mundo entiende que para el año próximo el presupuesto tiene un agujero fiscal de varios millardos y que, a pesar de esa realidad, nuestros «líderes» ni siquiera se dignan a hablar del tema porque ello significa remover la cuestión tributaria que tantos ascos despierta en el país. Pero sin abordar esos temas, sin desnudar nuestra realidad y definirse, nada se puede hacer. Si algún candidato seriamente cree que puede gobernar cuatro años sin modificar los impuestos, que lo diga y que se comprometa, para ver cómo le va, pero no es correcto que ahora callen para luego darle sorpresas a la gente.