¿Qué lo hace venir a Guatemala, Mr. Bush?


Alfredo A. Gil, A-1 573,918, Saifre7@yahoo.com

Al enterarme de la venida del presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush, acá a Guatemala, me surge una serie de interrogantes larga de enumerar, por ejemplo, qué poderoso resorte de impulso lo motivó venir a este pobre, olvidado y esquilmado paí­s de Latinoamérica; aún con las venas abiertas y sangrantes desde el tiempo de la «Guerra frí­a», en donde Estados Unidos tiene una gran cuota de participación en estos criminales actos de genocidio, al haberles brindado «las tetas a los militares», para que mamaran toda la orientación de métodos y procedimientos de una guerra sucia que hizo vivenciar amargamente a la mayor parte de la población indí­gena, un apocalipsis.

Otra interrogante que surge a mi mente es, será que los grandes cambios polí­ticos económicos que se están generando en Sudamérica, como en los paí­ses de Venezuela, Bolivia, Chile y otros; que desde cualquier punto de vista que se vea este fenómeno, va en detrimento de los intereses del paí­s del Norte, y a esto se deba la presencia de Mr. Bush en nuestra tierra; porque hay que hacer notar, que estos pueblos latinoamericanos, paulatinamente, han ido rompiendo el cordón umbilical que los ha unido al «Tí­o Sam», por muchos gravosos años; vislumbrándose en el horizonte latino, la soñada, deseada y necesitada «AUTODETERMINACIí“N DE LOS PUEBLOS», muy saludable y conveniente para el desarrollo auténtico de éstos, los cuales se oxigenarí­an en una comunidad latinoamericana, lo que harí­a sonreí­r a un Ernesto Che Guevara o un Simón Bolí­var, en la lejaní­a del tiempo y el espacio.

Los cambios de visión polí­tica en este continente han favorecido a Centroamérica, con la llegada de Daniel Ortega a la presidencia, como total rechazo de parte del pueblo de Nicaragua, contra una derecha recalcitrante, la cual sólo ha favorecido a la minorí­a acaudalada de ese golpeado paí­s; mientras a la par implementaba polí­ticas antipopulares, que provocó que se avivara la chispa revolucionaria que yace en el corazón de los nicaragí¼enses, cansados de tanto engaño y atropello a su dignidad de persona. Aquí­ es donde me surge otra interrogante, será que por el hecho de haberles rayado el alba de cambio polí­tico económico en Nicaragua haya motivado a Mr. Bush venir a visitar Guatemala por ser vecinos de éste, que por cierto tiene en su haber como material de guerra, muchos misiles rusos; a esto surge otra interrogante, no se estará pensando sentar algunas bases militares estadounidenses, so pretexto de ayuda humanitaria a nuestro paí­s, o construir alguna cárcel tipo Guantánamo en Centroamérica a espaldas del Mundo… quien sabe.

Desde que Mr. Bush dejó de ver obsesionado hacia Irak, y volteó su macabro rostro guerrerista dirigido a Centroamérica, ha empezado a bullir en mi mente una serie de interrogantes y pensamientos de reflexión, como toda persona que tiene tres dedos de frente ante una amarga realidad que hemos vivido los guatemaltecos en los tiempos de la «Guerra frí­a», lo cual dejó nefastas consecuencias en muchas familias guatemaltecas, durante más de treinta años de lucha fratricida.

Los Acuerdos de Paz se mantienen todaví­a atados a la letra muerta, porque la garantí­a de la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y desarrollo integral de la persona, no hace su asomo al escenario guatemalteco ni por sueño, ante los fuertes tentáculos del clima de violencia que nos atosiga en nuestra tierra.

Ojalá que la visita de Mr. Bush sólo apunte hacia el norte de lo que él manifestó: «Que solamente viene a vivenciar la diversidad cultural de nuestro paí­s», y que no nos vaya a dejar la cajita de Pandora de sus elucubraciones polí­ticas que nos afecte como guatemaltecos.