Que le pongan ojo a la economí­a


Empiezan a manifestarse ya algunos signos de complicaciones económicas que deben ser seriamente atendidos por las autoridades porque es muy fácil que se les vaya de las manos el control. Por más que el tema de la seguridad sea el prioritario y el que más preocupa a la población, no debe pasarse por alto que estamos navegando en medio de una muy complicada crisis económica de carácter mundial que nos puede afectar de muchas maneras y lo menos que podemos y debemos hacer es tomar medidas internas que agraven la situación.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Hemos visto que en otros paí­ses la ausencia de regulación en la economí­a y la creencia de que el mercado es capaz de autorregularse y corregir sus propios defectos generó la mayor crisis económica de las últimas décadas. En Guatemala hay demasiados campos en los que se eliminaron todas las regulaciones y eso da lugar a que exista especulación que afecta a los consumidores y ahora vemos que al aumento de la demanda de divisas está dando lugar a maniobras especulativas que tendrán impacto en el precio de los productos que consumimos y que tienen ingredientes importados.

Los exportadores sostienen que las intervenciones del Banco de Guatemala en el pasado fueron para apuntalar artificialmente un tipo de cambio bajo, cuando en la realidad esas intervenciones fueron históricamente para mantener un precio artificialmente alto del dólar en beneficio de los exportadores. Ahora que el Banco de Guatemala tomó la decisión de no intervenir en el mercado se produce una tí­pica maniobra especulativa que está generando un alza infundada del valor de las divisas frente al quetzal y dentro de poco veremos que todo lo que es importado reflejará esa tendencia alcista.

Pero el problema no se limita a la polí­tica cambiaria, sino que también hay que enfocar el tema crediticio porque la baja en el financiamiento bancario está ya teniendo efectos para deprimir más la economí­a nacional y eso es algo que no debiéramos hacer porque compromete seriamente la capacidad de empleo de nuestro sistema económico.

Descuidar el aspecto económico del paí­s puede ser un error demasiado costoso para cualquier gobierno, pero en el momento actual puede ser desastroso no sólo para el régimen, sino que también para la población. Los riesgos de que la situación escape a toda forma de control son demasiado altos y por ello tiene que haber alguna coordinación eficaz entre la autoridad monetaria y quienes debieran dirigir la economí­a y administrar las finanzas públicas. Y digo que quienes debieran dirigir la economí­a porque hace mucho tiempo que el Ministerio encargado quedó prácticamente sin atribuciones especí­ficas debido a esa tendencia a eliminar regulaciones, por lo que ha modificado sus funciones para otros aspectos de menor relevancia.

La administración pública es integral y por grave que pueda ser un problema como es el caso de la seguridad, no puede impedir que se mantenga atención y cuidado a otros aspectos de la gestión pública, sobre todo cuando se vive una crisis como la que actualmente nos afecta. Y repito que cualquier desajuste provocado por maniobras especulativas puede tener funestas consecuencias.