¿Qué hay para el Año Nuevo?


La situación para el próximo perí­odo anual debe verse con optimismo. La crisis no es más que otra etapa en la reciente historia económica de la humanidad. Es cierto que los fenómenos y efectos económicos que se avecinan son desconocidos, pero debemos tener la plena confianza de que Guatemala es un paí­s que tiene recursos para la sobrevivencia. Todo depende de la actitud individual de cada uno de los guatemaltecos para que Guatemala inicie una etapa de prosperidad.

Roberto Arias

En inglés hay un dicho muy popular que reza: «Count your blessings», lo cual literalmente quiere decir: «Cuente sus bendiciones». Cuando usted inicia un recuento de las cosas buenas que le han ocurrido, queda sorprendido de la infinidad de cosas pequeñas y algunas grandes que han incidido en su bienestar.

Recuerdo, hace años, hablamos con un amigo de asociarnos para realizar una idea e iniciar un negocio de venta de algunos artí­culos por medio de fotografí­as y, me preguntó: «Y… ¿por dónde empezamos?» Respondí­: «Lo mejor serí­a que fuéramos a la farmacia a comprar un rollo de pelí­cula para la cámara y tomar las fotos de los productos». De esa manera inició un negocio que creció a niveles insospechados en ese momento, el cual nos dejó un poco de capital, excelentes recuerdos y diversificación a otros productos.

Las cosas negativas deben dejarse atrás. Hace tres dí­as, el 31 de diciembre por la mañana, un niño pasó tocando el timbre de mi casa ofreciendo pino para regar en el piso para la celebración de Año Nuevo. El niño me dijo con entusiasmo por el intercomunicador: «Â¡No va a querer pino!», a lo cual respondí­ con el monosí­labo que él ya me habí­a indicado: «Â¡No, gracias!».

Ya es hora de que los guatemaltecos dejen de anteponer la palabra «No» al ofrecimiento de algún producto. «Â¡No va a querer papayas don!»; «Â¡No va a querer ahora doñita!». Anteponer una palabra o una expresión negativa a cualquier propuesta, en lugar de motivar una transacción lo que hace es desmotivarla. En muchos aspectos, en una gran cantidad de guatemaltecos este principio está arraigado en su espí­ritu y en su subconsciente, lo cual hace que las cosas no funcionen adecuadamente hacia delante? hacia el crecimiento? hacia el futuro.

Las oportunidades en Guatemala no son muchas, pero eso mismo deberí­a motivar al guatemalteco para dar estí­mulo a su creatividad. El paí­s no está mal, en tal caso creo que son muchos guatemaltecos los que no están bien y lo que necesitan es una inyección de ardilla o de chiltepe? pero una inyección que les haga dar el salto hacia delante; hacia el empuje; hacia el estudio; hacia la meditación; hacia la acción; hacia el progreso.

Ya lo dijo Eleanor Roosevelt, la esposa del fallecido ex presidente estadounidense: «A una persona la pueden humillar, hasta donde la persona lo permita». Esta misma sentencia se le puede aplicar al pueblo de Guatemala. Pero las cosas no se arreglan con plantones frente a las instituciones de gobierno u obstruyendo las calles que otros deben usar para trabajar. Las cosas se arreglan cuando hacemos las cosas bien; cuando asumimos responsabilidad de y en nuestras propias acciones; cuando trabajamos y/o estudiamos con ahí­nco; cuando nos preocupamos más por dar, que por pedir granjerí­as que no hemos ganado; cuando amamos y trabajamos por nuestra familia? cuando nos amamos nosotros mismos en lo más profundo de nuestras propias entrañas? Cuando amamos a Dios. Entonces se componen las cosas.