El poder oculto en el país está compuesto por diversos sectores que tiene poder de decisión en los tres organismos del Estado. Sin embargo, no todo el poder oculto es, necesariamente, pernicioso. Esto lo digo porque actualmente hay una confusión y se ha fundido el concepto de poder oculto y crimen organizado.
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Dentro del poder oculto, hay sectores criminales, como el narcotráfico. Pero también, dentro se encuentran empresarios que no necesariamente realizan prácticas delincuenciales, pero sí tienen poder para favorecer sus intereses, lo cual no es técnicamente delito.
Me llama poderosamente la atención que el Gobierno y el partido oficial hayan emitido sendos comunicados, en la cual confunden términos, como considerar toda crítica como campaña de desestabilización, y de considerar a todo opositor como crimen organizado.
Y es inexplicable que si el Gobierno y la UNE quieran polarizar al espectro de poder en dos componentes (o conmigo, o contra mí), surja dentro de su mismo seno la voz del Vicepresidente que llama a la conciliación, refiriendo que no hay evidencias de un plan de desestabilización.
Es evidente que los dos comunicados están utilizando las mismas palabras que utilizara el jefe de la CICIG, Carlos Castresana, para denunciar el plan de desestabilización en su contra. Es decir, pareciera que el Gobierno intenta ligar la idea de que los mismos grupos que son contrarios a la CICIG están también en su contra.
Es «delicioso», mentalmente, también darse cuenta de que el plan de desestabilización en contra de la CICIG encuentra su clímax justamente antes del Mundial de Sudáfrica, a sabiendas que durante la época de futbol se pierde la atención mediática y los desestabilizadores no tendrían que responder ante los medios.
En contraste, el supuesto plan de desestabilización del Gobierno se denuncia cuando la actividad mundialista empieza a decaer, la atención política empieza a recuperarse, y que cuando el próximo lunes ya no haya futbol, la agenda predominante sea esta denuncia.
El próximo lunes, deberemos enfrentar los conflictos que dejamos pendientes, como la renuncia de Castresana de la CICIG, que había señalado a varios comunicadores que guardaron silencio durante un mes; y, otro de los temas que surgirán será el inicio tácito de la campaña electoral, a menos de un año de que el TSE convoque para los comicios de 2011.
Hace un año, ingenuamente me parecía que la UNE hubiera podido prescindir de los financistas que lo llevaron al poder en este período. Bastaba y sobraba la maquinaria de los programas sociales implementados, para ganarse el voto de la población más desposeída. Sin embargo, quizá la desesperación de la UNE sea que, a menos de un año de la convocatoria, el panorama no sea tan favorable.
Es evidente que la oposición ha intentado bloquear los programas sociales del actual gobierno, ya que saben que, si logran tener éxito, la UNE podría ser una máquina electoral. Sin embargo, el propio Gobierno ha brindado los principales argumentos contra estos programas, al ejecutarlos sin transparencia. Esto ha sido el principal y el más válido argumento para la oposición para que el Presupuesto, por segundo año consecutivo, esté desfinanciado, y que se haya logrado bloquear todo intento de ajuste fiscal.
Como decía, desde mi ingenuidad, creía que podrían prescindir de financistas ostentosos. Sin embargo, con los campos pagados publicados, y la personalización del empresariado acaudalado, era evidente que se quiere crear confrontación entre financistas.
El señalamiento concreto hacia Dionisio Gutiérrez, director de Libre Encuentro, no es más que la duplicación de la estrategia de campaña que lanzó el entonces partido oficial, FRG, durante el Gobierno de Portillo, el cual se intentó hacer creer que había una confrontación entre ricos y pobres.
Creo, simplemente, que la pugna se encuentra entre un grupo de usuales financistas de campañas, cuyo capital concentra la mayor riqueza del país, y otro grupo de financistas, con recursos considerables, pero menores al primer grupo; la pugna será entre financistas; es evidente que la UNE no cuenta ahora con el apoyo de los grandes financistas, e intentan atraer al capital emergente creando simpatías con una confrontación con el gran capital.
Es por ello que es absolutamente necesario que se encuentre la forma de evitar que grupos de poder oculto (incluido el crimen organizado) pueda financiar campañas políticas, ya que esto no le da independencia a los gobernantes, y se imponen a fantoches que se intentan despersonalizar en comunicados que eran firmados por un colectivo, y no por una persona.
No encuentro otra explicación, más que ésta, para que un Gobierno quiera crear confrontación, y no unidad, como sería el ideal. Justamente, al terminar esta línea, me comentan que la UNE se dirige al TSE para interponer una denuncia. ¿Seguirá la confrontación?